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Un padre podría ser condenado por el presunto abandono a sus dos hijas

Las dos menores fueron trasladadas a la Gota de Leche, donde todavía permanece una de ellas

Un padre está acusado por ser el presunto autor de un delito de abandono familiar. La Consejería de Bienestar Social se ha personado en la causa y acusa al hombre de haber dejado a sus dos hijas menores desamparadas en la vivienda familiar para marcharse a Marruecos varios días -el número oscila dependiendo de la cifra que dan las hijas y la que da el padre-. El procesado, sin embargo, asegura que nunca fue su intención abandonarlas y que las hijas sabían que el padre regresaría tras solucionar unos asuntos en el país vecino. Se le reclama una multa de 4.300 euros. Un padre podría ser condenado como presunto autor de un delito de abandono familiar. La Consejería de Bienestar Social, personada en la causa como acusación particular, considera que el hombre dejó desamparadas a dos de sus hijas cuando dejó la vivienda familiar y se marchó a Marruecos en junio de 2015. Una de las dos ya es mayor de edad y la otra permanece acogida desde entonces en la Gota de Leche. La sanción que le reclama la Consejería, y con la que coincide el Ministerio Fiscal, es de 4.320 euros.
Según explicó el padre procesado ante la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2, la madre de sus hijas falleció en el año 2010. Cuando dejó a sus hijas solas en casa no lo hizo para abandonarlas, se defendió, sino para buscar un trabajo en Marruecos después de un largo tiempo en paro y para solucionar un conflicto con su ex mujer. «Yo pedí ayuda a Bienestar Social para que no estuvieran solas, pero no me la dieron», dijo el hombre.

Problemas en Marruecos
«Ellas sabían que tenía que ir a Marruecos para solucionar un problema del divorcio. Le dije a mis hijas que si necesitaban algo fueran a casa de la hermana mayor», aseguró el acusado.
El procesado explicó que tardó más de lo que pretendía en regresar a Melilla porque tuvo problemas con la autoridad marroquí. Según indicó, tuvo que pasar la frontera escondido después de que le retirasen el pasaporte.
Asimismo, expuso que al volver se encontró con la cerradura de casa cambiada y con que las hijas habían sido trasladadas al centro de menores. Al respecto, dijo que no solicitó la reagrupación familiar porque no sabía que pudiera pedirla.
El Ministerio Público preguntó si, como constaba en el escrito de acusación, llegó a decir a sus hijas que el día menos pensado las iba a abandonar por no poder mantenerlas. El procesado negó en rotundo que hubiera vertido tales declaraciones.
En la vista también declararon las dos hijas supuestamente abandonadas. Ambas negaron que su padre hubiera manifestado intención alguna de abandonarlas. Según explicaron, sabían que iba a marcharse a Marruecos durante unos días y estuvieron en contacto con otra hermana mayor de edad. «Teníamos comida y no nos faltaba de nada», aseguró una de las hijas.
Según relató una de las hermanas, su padre no pudo regresar de Marruecos hasta que pasó una semana porque tenía una orden de búsqueda y captura. «Nos llamaba y nos decía que estaba todo bien. Él nunca nos abandonó. Desde que murió mi madre ha hecho de madre y de padre a la vez. Nos quiere mucho», sostuvo la hija.
Pese a que el padre no solicitara la reagrupación familiar y que actualmente se encuentra residiendo en Marruecos, la menor que aún permanece bajo la tutela de la Ciudad Autónoma afirmó que acude a visitarla «con mucha frecuencia».

Ellas denunciaron abandono
El último en declarar fue el técnico de la Consejería de Bienestar Social. Según apuntó, fueron las propias hijas quienes acudieron a Comisaría para denunciar que habían sido abandonadas. «Me avisaron de la Fiscalía y acudí a comisaría en calidad de representante», afirmó. Además, recalcó que no ha existido ningún contacto con el padre procesado desde que las hijas ingresaron en la Gota de Leche. «Cualquier persona que quiera acceder al centro tiene que pedir autorización», aseveró, incidiendo en que el padre nunca había solicitado ningún permiso de visitas. No obstante, aclaró que podría haberse visto con las hijas fuera del centro de menores.
Una vez escuchadas todas las partes, la juez tendrá que decidir la sentencia: absolutoria o condenatoria.

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Irene Quirante

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