En Melilla el fin de semana dejaba, en lo político, la más que cantada victoria de la candidatura del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, al Congreso en el que se elegirá el próximo líder del partido regional. Un proceso que ha dejado en el camino, como también era previsible, a Juan Díaz Morano, secretario de actas del Comité Ejecutivo del partido, que con sus 87 avales no logró superar el listón de los 95 necesarios para presentar candidatura Cada cuatro años, el 20 de enero se convierte en el día más importante del año en Estados Unidos, ya que es la fecha escogida constitucionalmente para la investidura del nuevo presidente del país. Esta vez, el turno fue para el republicano Donald Trump, que a pesar de haber transcurrido tan solo cinco semanas desde que se aposentó en el despacho oval de la Casa Blanca es ya, sin duda, el presidente más polémico de los EE.UU. No hay un solo acto de cierta relevancia en el país en el que no despierte airados comentarios. El último la ceremonia de la gala de los Oscar en la que hubo dos intervenciones contra el mandatario, a pesar de que se hizo menos sangre contra Trump de lo esperado. Fueron la del cineasta iraní Asghar Farhadi y la del actor mexicano Gael García Bernal. También una irónica y sostenida intervención del presentador de la gala, Jimmy Kimmel, que expresaba su extrañeza de que no enviara alguno de sus habituales tuit en las dos horas y media de la ceremonia. Y es que Trump cada día se abre más frentes. Su actitud de desprecio hacia la Prensa le sitúa en una postura más cercaba a la de los dictadores, que a la del máximo responsable de la democracia americana.
Y situándonos en el plan nacional, la carrera hacia la Secretaria General del PSOE continua su curso. El domingo, ex lehendakari y precandidato a liderar el PSOE, Patxi López, anunciaba que habrá una papeleta con su nombre y que no pactará con los que “quieren enterrar” al PSOE en una clara referencia a Podemos, mientras que la presidenta de la Junta de Andalucía Susana Díaz continuaba sin desvelar si será o no candidata. Pero resulta hasta irrisorio que personajes como el socialista Pedro Sánchez, se embarque en proyectos tan destinados al fracaso como su actual intento de recuperar la secretaría general del Partido socialista Obrero Español PSOE. Parece no darse cuenta que en su última etapa al frente de los socialistas españoles quedó medianamente claro que antepuso su ambición personal por lograr la presidencia del país a los intereses de todos los españoles. Su falta de visión de estado le llevó a un intento de alargar por más tiempo la creación de un gobierno tras dos elecciones sin mayoría absoluta por parte de ningún partido, negándose no solo a una posible negociación sino incluso a dialogar con el Partido Popular, tras haber ganado dos veces las elecciones. Por entonces repetía que "no es no", pero tampoco quería nuevas elecciones metiendo a su propio partido y al país en un callejón sin salida. Una actitud impropia de un político de altura. Una postura que a punto estuvo de hundir el partido, al que ha dejado fraccionado. Afortunadamente el sector más sensato del PSOE antepuso el interés general de los españoles, en definitiva, la visión de estado de la que carece Sánchez a la de su propio partido, para sacar a España del perjudicial impasse por el atravesaba, demostrando así que se trata de un partido con una trayectoria que resulta imprescindible en el panorama político de la nación y, sobre todo, a raíz de la irrupción en el panorama político de formaciones como Podemos hacia la que cada vez se siente más cercano Pedro Sánchez, del que ya se dice que es "el mejor candidato de Pablo Iglesias", ya que su actual discurso está más próximo al ideario de Podemos que al del PSOE. Darle a Sánchez otra oportunidad sería para el PSOE dejar que acabara de rematarlo. Pero igual de irrisoria resulta la entrega y el apoyo a Sánchez por parte de la gestora del partido socialista melillense, encabezada por Gloria Rojas. Un PSOE, el melillense, que atraviesa los peores momentos de la etapa democrática y que lo único que le faltaba es echarse en brazos de Pedro Sánchez.
En Melilla el fin de semana dejaba, en lo político, la más que cantada victoria de la candidatura del presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, al Congreso en el que se elegirá el próximo líder del partido regional. Un proceso que ha dejado en el camino, como también era previsible, a Juan Díaz Morano, secretario de actas del Comité Ejecutivo del partido, que con sus 87 avales no logró superar el listón de los 95 necesarios para presentar candidatura. Ahora es necesario olvidar lo pasado y comenzar una etapa nueva en el que la unión entre los populares sea la característica más destacada para poder afrontar con más fuerza la solución a los no pocos problemas con los que se enfrenta la ciudad.
