El proyecto de ampliación del puerto comercial de Melilla contempla un “trato exquisito” a la patella ferruginea, una especie en peligro de extinción, valorado entre 30 y 40 millones de euros, según informó ayer el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda. En declaraciones a los periodistas, Imbroda consideró que este esfuerzo económico supone “una superprotección” a esta especie marina, por lo que “se va a apoyar al máximo el respeto al Medio Ambiente” en el proyecto de ampliación del puerto, que deberá ser entregado a finales de este mes por parte de la empresa adjudicataria.
Imbroda explicó que además de este proyecto básico, debe haber un estudio de impacto medioambiental paralelo, que habrá que hacerlo, y sobre el que el pasado martes tuvo oportunidad de hablar con la ministra de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Isabel García Tejerina, para ver cuáles son los trámites administrativos oportunos.
Llamamiento al apoyo
El presidente melillense hizo un llamamiento a toda la ciudadanía, incluidas las entidades ecologistas, para que apoyen el proyecto de ampliación del puerto, puesto que es “fundamental para Melilla y los melillenses de ahora y del futuro para pegarle un palo fuerte al desempleo en la ciudad”.
“Es una obra de Melilla y de todos los melillenses, no es un capricho”, aclaró Imbroda, convencido de que ampliar el puerto es una “apuesta fuerte” en la lucha contra el paro con la que, además, la ciudad ganaría “en futuro y tranquilidad, confianza y seguridad política” por lo que supone que España ejecute un proyecto de tal envergadura.
“De alguna manera se está lanzando un mensaje de tranquilidad y de futuro para todos”, se explicó Imbroda, que insistió en su llamamiento para que todos en Melilla apoyen esta obra “con las exigencias medioambientales que hagan falta”, que ya se están “autoimponiendo” en el proyecto y se incluirían más si hiciera falta.
A finales de este año podría estar “todo expedito” para arrancar
Imbroda recordó que la Ley de Conservación de Patrimonio y Naturaleza, en su artículo 31.2, apunta que siempre hay que conservar y respetar la conservación de la naturaleza, aunque “por razones socioeconómicas fundamentales se podrá autorizar determinadas actuaciones en algunos lugares especialmente protegidos, siempre que se compense esa obra para conservar el Medio Ambiente de otra manera”.
“Eso es lo que tenemos que conseguir entre todos”, animó Imbroda, para que se pueda conseguir que Melilla “progrese de una forma importante”, algo que necesita debido a sus “condiciones geoestratégicas de todo tipo” y porque “no hay otra cosa” que permita el desarrollo de la ciudad.
Para ello, señaló que todas las partes deberán elaborar un plan de apoyo con todas las medidas que se precisen, y confió en que a finales de este año esté “todo expedito” para poder arrancar esta obra.
