Héctor Manzano fue el el jugador más destacado del Melilla Baloncesto en el triunfo de los melillenses en Oviedo. El motrileño anotó 14 puntos, capturó siete rebotes, repartió una asistencia y provocó tres faltas personales. En total, contabilizó 16 créditos de valoración. Si ya de por sí resulta sumamente complicado el poder ganar en una cancha tan exigente como Pumarín, mucho más difícil lo es el tener que hacerlo sin un base de la talla de Pedro Rivero. Y es que el esguince de rodilla sufrido por el segoviano suponía un duro contratiempo para un Melilla Baloncesto que, sin embargo, pareció crecerse ante la adversidad en un encuentro en el que fueron los locales los protagonistas de los primeros minutos de juego. Con un fluido juego de ataque, los de Carles Marco impusieron su estilo de juego durante algo más de 8 minutos, pero fueron las primeras acciones de Héctor Manzano en la ‘pintura’ y un certero triple de Marcos Suka los encargados de invertir el marcador al borde del primer cuarto (16-19).
La confianza adquirida permitió a los de Alejandro Alcoba gozar de rentas que oscilaban entre los 3 y los 5 puntos a lo largo de un segundo acto en el que su defensa comenzó a brillar para provocar pequeños errores en un Unión Financiera que veía como el aro se cerraba pese a sus constantes intentos (30-33). Poco mejoraron las cosas para sus intereses tras el paso por vestuarios. Löfberg y Barro enlazaban dos jugadas consecutivas de esas que levantan al público de los asientos pero la buena mano de los melillenses desde el 4,60 aprovechando el tempranero bonus llevaron a los visitantes a sus máximas diferencias (39-52). Conscientes de la peligrosidad del Oviedo durante los últimos cuartos, los melillenses no bajaron la intensidad defensiva y cerraron a la perfección el rebote para certificar un triunfo que puede valer su peso en oro (62-73).
