¿Alguien cree que de la realidad política que tenemos delante puedan salir soluciones a los gravísimos problemas que tienen Melilla o las melillenses? Pues que se vaya desengañando. Estamos en un estanque de aguas podridas, como lo hemos estado en otras etapas de nuestra historia. Las más aciagas, por cierto. Políticos mediocres, torpes e ineptos, sin ideas y sin ganas de hacer nada que no sea permanecer en el cargo dominan los resortes del poder. Sin contrapesos institucionales que los limiten. Y si no ocurre un milagro, o un desastre, así vamos a seguir.
Las elecciones municipales y las generales de 2015 confirmaron que en Melilla hay la posibilidad de cambiar las cosas. La posibilidad de un vuelco a medio plazo dejó de ser una hipótesis para convertirse en una posibilidad real. Pero hace falta que los demás partidos así lo quieran. Y que actúen en consecuencia. Separados como hasta ahora no podrán ganar a los campeones del clientelismo y del chantaje social. Dominan todos los resortes de la sociedad, incluidos los del Ministerio del Interior y los del Ministerio de Justicia. También los presupuestos.
El PP de Melilla sabe aprovecharse de las debilidades y de las contradicciones de los que si se juntaban podían sacarlos del gobierno de la CAM. Y no quisiera pensar que volverán a ser incapaces de llevar a la práctica ese objetivo. ¿Qué cambios podrían observarse en un gobierno de Melilla sin el PP? Sólo de imaginarlo se me hace la boca agua.
Del PP no cabe esperar nada: por quién lo dirige y por el resto de incompetentes, unos imputados y otros viviendo de la sopa boba que no hubieran conseguido jamás por su propia valía. Mientras pueda seguirá aplicando su rodillo. Y si en las próximas elecciones todo continúa igual, Melilla continuará deslizándose hacia el fondo de la desesperanza y de la falta de futuro. Continuarán los poderes corruptos de la ciudad persiguiendo a los discrepantes de forma fascista como vemos repetidamente en sus actuaciones públicas. ¿Y de los demás? PSOE, CpM, Podemos e incluso Ciudadanos han de tener altura de miras y pensar más en Melilla y menos en partidismos sin sentido y comenzar una nueva era esperanzadora para la ciudad. Un acuerdo electoral -sin que cada partido pierda ni sus orígenes, ni sus expectativas ni su ideología- sería un soplo de aire fresco sobre el futuro de los melillenses. Sería poner freno a una época oscura y apostar por otra forma y manera de ciudad: abandonar las irregularidades administrativas, los imputados y los procesados. Olvidar la terrible historia de los responsables de la Gürtel, de la Púnica, de las tarjetas black, del reparto de sobres, de la contabilidad en «B», del caso Nóos, de las comisiones, de las preferentes, de los casos Rato, Fabra, Blesa, Matas, Soria, Aznar o de Opera, Tosca y abogados. Todos ganarían.
Y, por eso, hacemos un llamamiento a todos los partidos de la oposición a Imbroda y al PP a plantear una alternativa clara y diáfana en las próximas elecciones de mayo del 2019. Melilla tiene que demostrar que participa del cambio político y abandona la vieja política. Y, si queremos hacer, además, las cosas ejemplares, podríamos hacer cómplices a todos los melillenses de este acuerdo con primarias abiertas, con un programa elaborado participativamente. E ilusionar, alentar y animar a los jóvenes melillenses en su responsabilidad en el futuro de la ciudad.
Algunos dicen que los corruptos y poderosos controlan el gobierno de Melilla y siempre lo harán. Nosotros les decimos que esta batalla aún no ha terminado. Es cierto, el campo de juego no está equilibrado y el sistema está amañado. Pero ahora podemos luchar todos juntos y cambiar las cosas, con una candidatura de confluencia para la que pedimos el respaldo y la unidad de las fuerzas sociales y políticas que estén dispuestas a sumarse a este proyecto para transformar Melilla y sus instituciones en beneficio de la gente. Si somos capaces de imaginar otra Melilla, somos capaces de transformarla. Es hora de que ganemos en democracia, ganemos en transparencia, ganemos en derechos, en igualdad, en solidaridad, en empleo, en cultura, en calidad de vida. Es hora de que ganemos Melilla para la gente.
IZIZAWN N MRIC
