Seis inmigrantes de origen subsahariano consiguieron ayer entrar de forma irregular en Melilla a bordo de un coche kamikaze, un Peugeot gris oscuro conducido por un marroquí que se saltó los controles de seguridad del paso fronterizo de Farhana “a toda velocidad”, causando heridas leves a un policía nacional. Hacía poco más de dos años que no se veía en Melilla este modus operandi de las mafias que trafican con seres humanos, ya que las vías más habituales de entrada son el salto a la valla, la patera y el doble fondo. Según informaron ayer fuentes de la Delegación del Gobierno en Melilla, esta entrada en coche kamikaze ocurrió ayer a las 9.10 horas, en el paso fronterizo de Farhana. Los inmigrantes pudieron aprovechar que era aún temprano y había tranquilidad en el paso fronterizo para intentar entrar en Melilla por la frontera de Farhana, que está siendo sometida a obras de remodelación desde el pasado verano.
El vehículo cruzó el paso fronterizo “a toda velocidad desoyendo las indicaciones de las fuerzas de seguridad españolas y marroquíes”, y aunque la Policía Nacional y la Guardia Civil intentaron cerrar las puertas del paso fronterizo al ver que el coche se aproximaba, “no les dio tiempo” a hacerlo para impedir que el coche pasara a Melilla.
Los agentes de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado “tuvieron que apartarse para no ser arrollados” por el coche kamikaze, aunque un policía nacional sufrió una contusión leve en una mano. En cambio, no hubo daños materiales en el paso fronterizo de Farhana.
En el Cerro de Palma Santa
El vehículo llevaba a bordo a seis inmigrantes de origen subsahariano, todos varones, que fueron localizados poco después junto al vehículo en el Cerro de la Palma Santa, lugar situado muy cerca del paso fronterizo de Farhana.
El conductor, de nacionalidad marroquí, se dio a la fuga antes de que llegara la Guardia Civil, aunque ésta lo tiene identificado y trabaja en su búsqueda.
Los seis inmigrantes fueron puestos a disposición de la Policía para elaborar su reseña en aplicación a la Ley de Extranjería, como ocurre con el resto de entradas irregulares.
Esta entrada se produjo sólo tres días después de que 30 inmigrantes subsaharianos llegaran a Melilla a bordo de una patera tras ser rescatados por la Guardia Civil. El patrón y un “instigador” fueron detenidos.
