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El rincón de Aranda

Mi escoramiento en política

Un amigo me dijo hace tiempo, que mi “escoramiento” hacia la izquierda se notaba un montón; cosa que a mi, la verdad, es que me importa un carajote, le dije. Que yo escriba sobre la Historia de mi ciudad, como de los Héroes y Mártires de mi Patria, que durante siglos, han muerto defendiendo la cultura peninsular, acrisolada en nuestra idiosincrasia europea, no es inconveniente para que me sienta identificado con la izquierda y la vote siempre que haya elecciones porque:

¿Es que solo la derecha es la que tiene la patente de patriotismo, en la que en algunas manifestaciones hacen ondear la bandera nacional, bandera que es de todos?. Pues no, mi querido amigo, también yo me considero un español-patriota, con pensamientos de izquierda, porque siempre he “marchado” por la línea de mis convicciones, como creer, aunque parezca una utopía, que la política debe ser el instrumento de generar cariño entre la gente, redistribuyendo la riqueza. En España lo social, en cuanto sale de las academias y foros de opinión, y abarca intereses vivos y candentes, de todas las clases sociales, se dice que es anticatólico, y lo cristiano siempre es especialmente católico. Pero si nos fijamos en lo que ocurrió en muchos ayuntamientos, y comunidades, como hace algunos años, en Extremadura, donde IU, pegó el volantazo más vergonzoso de su historia, apoyando a la derecha, entonces habría que decir que esta gente, sí que han escorado hacia el lado opuesto a sus convicciones políticas traicionando, con toda la desvergüenza moral y política, a su electorado. Es como la coalición entre partidos, donde el zapato izquierdo de uno, el otro se lo debe colocar en el pié derecho. Estos políticos, a pesar de su demagógica actitud, y de haber mentido a quienes les han votado, se merecen los epítetos menos amables, y más sonoros, que se puedan hacer; y luego engarzarlos en medallones labrados en mierda por los grandes orfebres de la mentira y la corrupción, verdadero ADN heredado de la dictadura franquista. Pero para entender mejor el tema hay que leer lo que un señor de izquierda le replica a un político catalán del PP, en las redes sociales, en una página de fotos antiguas de Melilla: “Ha dicho Garcia Albiol, (…), que la victoria de Pedro Sánchez es una desgracia para España. Muy bien Albiol, ahí lo has clavado. Efectivamente, la desgracia para España no es Rajoy y la gran corrupción que hay en todo el PP, ni los ladrones peperos de la gürtel, ni los delincuentes de la púnica pepera, ni el PP de Madrid, ni el robo por los peperos del dinero del Canal de Isabel II, ni el PP de Valencia, ni el PP de Murcia, ni el PP de Melilla, ni el ministro de injusticia, ni el fiscal general del Estado putrefacto, ni el fiscal procorrupción; la desgracia para España es Pedro Sánchez, un político decente que todavía no ha gobernado, que nunca se ha llevado un euro y estoy convencido que nunca se lo llevará”. La verdad, yo creo que el que lo ha clavado ha sido este señor. ¿Ustedes qué creen?.

Los actuales políticos de la izquierda descafeinada, saben muy bien que no se marcharán como los exiliados peregrinos de la España clausurada por la sangre y el odio, de hace ochenta años. También sé que mi opinión, a ellos les importa un bledo, como a mi la de ellos, porque como dijo Cecilia Böhl (Fernán Caballero): “Predicar a niños, confesar a monjas y espulgar a perros, es tiempo perdido”.

Así que, por favor: igual que a la gente de la derecha, déjennos también a los de izquierda ser patriotas, porque como decía Azaña: “El patriotismo no es un código de doctrina; el patriotismo es una disposición del ánimo que nos impulsa, como quien cumple un deber, a sacrificarnos en aras del bien común”, cosa que yo siempre procuro hacer, publicando datos sobre la Historia de nuestra ciudad, y primordialmente sobre nuestros Héroes y Mártires, que son las crisálidas de los ángeles, que sobrevuelan junto con nuestro Ejército por el cielo de La Purísima. Por eso yo digo que ellos son los únicos que tienen la potestad, y el gran honor, porque dieron sus vidas por la Patria; y nosotros, los que aún permanecemos aquí, somos los que intentamos usufructuarlo; unos con más acierto que otros, pero todos con el mismo fin.

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