La Ciudad Autónoma de Melilla confía en que en un periodo de tres o cuatro años, su red de suministro de agua potable permita proporcionar a la ciudadanía el agua de mejor calidad de agua, para lo que es necesario llevar a cabo una serie de actuaciones en las que ha empezado ya a trabajar. La primera de ellas es potenciar la distribución de agua de tratamiento terciario para el riego de zonas verdes y limpieza viaria, para lo que se va a reaprovechar la antigua estación de bombeo del Río de Oro, actualmente abandonada y sin uso, lo que permitirá ahorrar inicialmente unos 2.000 metros cúbicos diarios de agua potable. El presidente del Gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, y el consejero de Coordinación y Medio Ambiente, Manuel Ángel Quevedo, colocaron ayer la primera piedra de esta obra, que supondrá una inversión de 395.000 euros, el 80 % financiada por fondos europeos, y un plazo de ejecución de seis meses.
Esta obra es el pistoletazo de salida de un proyecto más ambicioso, que supondrá la creación la red de distribución del agua de tratamiento terciario, destinada al riego de zonas verdes y limpieza viaria, desde la depuradora a la antigua estación de bombeo, y de ahí a diferentes zonas verdes del centro.
Quevedo destacó la importancia de este proyecto para la sostenibilidad de Melilla, dado el problema importante de agua potable que sufre la ciudad, por el que tiene que mezclar agua desalada de muy buena calidad pero muy cara con la que se extrae de los pozos, que es muy salobre, para poder cubrir los 36.000 metros cúbicos de consumo diario.
El objetivo de la Ciudad Autónoma con este proyecto para destinar agua de terciario al riego de zonas verdes y la limpieza urbana es poder ahorrar hasta 4.000 metros cúbicos de agua de la red de abastecimiento, a los que se sumarán otros 4.000 que se pretenden reducir del consumo diario mediante campañas de concienciación y mejoras en la red.
“Agua prácticamente mineral”
De esta manera, el consumo diario se reducirá a 30.000 metros cúbicos, de manera que si se logra incrementar la producción de agua desalada como pretende la Ciudad Autónoma, no será necesario tomar agua de los pozos, lo que permitirá mejorar la calidad del agua que se consume en Melilla.
Así se podría conseguir que el suministro de agua en Melilla sea “prácticamente mineral” y “de la mejor calidad que exista en España”, por lo que Quevedo confió en que para 2020 o 2021 se deje de consumir en la ciudad agua embotellada.
Imbroda, por su parte, destacó el “gran acierto” de la Consejería de Medio Ambiente por su decisión de reaprovechar una instalación que estaba en desuso y “fuera de la circulación” para potenciar el uso de agua de terciario, ya que es “una gran decisión desde el punto de vista ambiental” y permitirá, además, mejorar la estética de su entorno.
