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Carlos Bertomeu incita a los lectores de “Expansión” a visitar Melilla a la que denomina la España Africana

Carlos Bertomeu, presidente de Air Nostrum

Ha sido el presidente de la compañía aérea Air Nostrum, que presta el enlace aéreo desde Melilla con Madrid, Málaga y en verano con Gran Canaria, Mallorca y Barcelona, quien firma en la revista económica “Expansión” y en la sección “Directivos en verano”, un artículo titulado “Un paseo por Melilla, la España Africana”. Carlos Bertomeu comenta sus vacaciones melillenses junto a sus hijos, “un viaje que mis hijos acostumbran a celebrar como si fuesen a Disneyland”. Tras señalar que conserva alma de niño y que le siguen fascinando los planes originales, el propietario de Air Nostrum, cuenta que se ha reservado unos días de septiembre para regresar, una vez más, a Melilla, con la que mantiene una relación “añeja” ya que su compañía aérea vuela a la ciudad desde el año 2001, “sin embargo fue hace poco cuando descubrí su importancia turística como puerta del Rif y acceso privilegiado a Marruecos”.

Muestra también sus preferencias por la desestacionalización turística. “Prefiero prescindir de días de vacaciones en agosto, -afirma en Expansión-, para volver a Melilla cuando el verano comienza a ser un recuerdo y las sombras se alargan” y añade que disfruta paseando por la ciudad española que más edificios modernistas alberga después de Barcelona y “porque es un lugar en el que por la mañana se pueden visitar mezquitas, sinagogas o templos hindúes y por la tarde es posible perderse por galerías subterráneas de baluartes fortificados con olor a salitre”.

El empresario comenta que vuelve a Melilla “porque es el único lugar del mundo donde puedo desayunar churros con té moruno, -¿se les ocurre una metáfora mejor sobre el mestizaje de culturas? y añade que también vuelve a Melilla “porque me encanta comer langostinos de la Mar Chica en “La Pérgola” o Los salazones” y disfrutar del ambiente de La Taberna del Fali, después de un concierto al aire libre en la Ciudad Vieja, ese barrio amurallado que huele a especias y a Protectorado”.

Carlos Bertomeu recuerda que antes de irse navegará bajo los acantilados del Cabo Tres Forcas, recorrerá con sus amigos de la Asociación de Estudios Melillenses la barrera litoral de la Mar Chica, subirá al Monte Gurugú para que los niños vean los macacos de Berbería e intentará degustar unos pinchos morunos tras una sardinada en Cala Charrani, cerca de aquel pintoresco cafetín en el que además de servir té, arreglan neveras y cortan el pelo.

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Angel Melendez

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