A raíz del terrible terremoto sufrido hace unos días en México, recordé que la ciudad de Melilla lamentablemente también sufrió uno en Enero del año pasado, uno de los más fuertes terremotos de los que se tiene registro. Por suerte, y como era de esperar, el Gobierno Central destinó una importante cantidad de dinero para subsanar los daños producidos por el mismo, principalmente en los muchos edificios modernistas del centro,… … que fueron los más afectados. Por si fuera poco, el mismísimo presidente, D. Juan José Imbroda, llegó a decir a bombo y platillo, que Melilla luciría mucho más bonita después de los arreglos que se realizarían en la ciudad con las subvenciones que llegarían a todos los afectados. Y ciertamente los afectados nos quedamos bastante tranquilos en la confianza de que las ayudas llegarían de verdad. Pareciera en aquel momento, aún con el susto en el cuerpo, que el terremoto había sido una verdadera bendición para Melilla.
La Noticia que daba el Gobierno en referencia a las ayudas decía: “El Gobierno ha aprobado hoy tres reales decretos de ayudas directas a Melilla con el fin de reparar los daños causados en la ciudad por el terremoto de 6,3 grados en la escala de Richter registrado el pasado 25 de enero en el mar de Alborán. Así lo ha anunciado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de este viernes, al referirse a un seísmo cuya intensidad “afectó de manera especial a la ciudad en sus viviendas, infraestructuras, edificios públicos y patrimonio”, de manera especial en el recinto histórico-artístico. Las subvenciones han sido concedidas gracias a la coordinación de los Ministerios de Hacienda y Administraciones Públicas, de Interior y de Fomento y se distribuirán en tres líneas concretas. La primera afecta a los gastos de emergencia afrontados por las autoridades melillenses tras el terremoto, que incluye los gastos ocasionados por “actuaciones imprescindibles e inaplazables” desde la limpieza de accesos y la retirada de escombros hasta el apuntalamiento de edificios, y se eleva a los 700.000 euros. La segunda línea se refiere a la financiación de ayudas para los damnificados por daños en viviendas propias y de alquiler y asciende, en el primer caso, a más de 2 millones de euros destinados a rehabilitación y reparación y, en el segundo, a 400.000 euros. Finalmente, se destinará en torno a 1,5 millones más en una tercera línea de ayudas para reparación de daños en infraestructuras y patrimonio. EFEverde”
Y al cabo de los meses, después de mucho esperar, por fin el dinero llegó a Melilla. La noticia inundó las páginas de la prensa local como el notición que realmente era. Y por fin todos los afectados experimentamos una indescriptible algarabía, un enorme gozo, ¡por fin íbamos a poder hacer frente a los gastos derivados de los arreglos!
Pues bien después de 20 meses, que se dice pronto, la ciudad sigue más o menos igual, nada ha cambiado, es decir nadie ha recibido ni un solo Euro del dinero que el Gobierno Central destinó a la ciudad. Muchas comunidades de vecinos y muchos propietarios han realizado ya los arreglos por su cuenta, lo normal. Otros por su parte, y a día de hoy, siguen esperando la ansiada subvención para poder arreglar por fin grietas y desprendimientos. Llegados a este punto, recapitulemos: “Se sabe que el dinero llegó a Melilla y punto final”, poco más se puede contar. Se supone que a día de hoy sigue depositado en las arcas de la Ciudad Autónoma, y bajo la mirada atenta de la Consejería de Fomento. Digo se supone, porque realmente nadie sabe a ciencia cierta dónde ha ido a parar el dinero, o qué utilidad real se le ha dado, o qué utilidad se le dará.
Más de un malpensado dirá que todo ha sido un timo, y que el dinero ya se ha gastado en gran parte, o que pronto será invertido en miles de cosas que no guardan relación alguna con los daños ocasionados por el terremoto, y pronto todo se habrá olvidado como disipado en el tiempo, ¡La coartada perfecta!… Otros más confiados son de la opinión de que el dinero sigue intacto, y a la espera de terminarse de gestionar los poquitos expedientes de solicitud que pasaron todas las cribas para ser abonados a los pocos afortunados que resulten del proceso, es decir que se darán unas cuantas subvenciones y todo lo que sobre se destinará aquí y allá.
Yo por mi parte, y de momento, reservo mi opinión para cuando se justifiquen y publiquen las cuentas del dinero recibido (esperemos que así sea), es decir para cuando sepamos la cantidad exacta de dinero destinado a las ayudas por el terremoto y la cantidad exacta destinada a ese ambiguo “Aquí y Allá”. Por lo que dejaré la crítica final para cuando sepamos algo más sobre esa ayuda que iba a cambiar el aspecto de Melilla, y que de momento lleva camino de pasar de inminente a inexistente. Sin embargo y ante la duda he querido recordar en este artículo las cantidades exactas aprobadas en el Real Decreto y que fueron destinadas a Melilla por parte del Estado, única y exclusivamente, para ayudar a los melillenses afectados.
