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Familiares de las víctimas del accidente aéreo de 1998 piden un reconocimiento público a las autoridades

Los restos quedaron diseminados por el monte

Melilla no olvida aquel 25 de septiembre de 1998 cuando la tragedia se apoderó del corazones de todos los melillenses. Del estupor se pasó al dolor más profundo cuando se conoció que el avión de la compañía Pauknair se había estrellado contra las faldas del cabo Tres Forcas y que no había supervivientes. La noticia de la muerte de los 38 ocupantes (34 pasajeros y 4 tripulantes), conmocionó a la ciudad. Familiares y amigos no quieren olvidar esta fecha y demandan a las autoridades algún reconocimiento público, ya sea como un monumento, monolito o placa en alguna calle de la ciudad. La noticia paralizó la ciudad. Aquella mañana del 25 de septiembre de 1998 en el Cabo Tres Forcas el avión de la compañía Pauknair, un tetrareactor BAE-145 procedente de Málaga se estrellaba contra la cima de una montaña sita a tres millas del Cabo Tres Forcas. Los 38 ocupantes (34 pasajeros y 4 tripulantes), conmocionó a la ciudad. De los fallecidos, 17 eran melillenses.

Siniestro
La aeronave, tras la colisión, se había prácticamente volatilizado, desperdigándose en decenas de pedazos por un terreno pedregoso de difícil acceso. Unidades de salvamento del Ejército Español, equipos de Cruz Roja, ambulancias y equipos médicos españoles y dotaciones del ejército marroquí colaboraron estrechamente en la recuperación de los cuerpos que, gracias a las negociaciones entre ambos países, pudieron ser trasladados a Melilla a lo largo de esa misma jornada.

Equipos de forenses de ambos países se encargaron de la difícil operación de identificación de los cuerpos, que después fueron conducidos al tanatorio improvisado que se habilitó en el Pabellón Ciudad de Melilla, inaugurado precisamente dos años antes, el 25 de septiembre de 1996. Los familiares, destrozados por el dolor, tuvieron que esperar largas horas hasta que finalizara el proceso de identificación antes de poder darles sepultura tanto en Melilla como en la península.

Las labores de investigación, incluida la lectura de las cajas negras y la toma de declaraciones de expertos, no arrojó mucha luz sobre las causas del siniestro habida cuenta de que cinco años después de lo ocurrido la Audiencia Nacional archivaba definitivamente el caso, aunque reconocía "la absoluta falta de control de la Torre de Melilla y el control de Sevilla, por lo que la tripulación tuvo que autocontrolar su posición y la de otro avión" procedente de Madrid, que instantes antes del impacto volaba por encima del Pauknair siniestrado, al tiempo que no consideró indicios de delito en ninguna de las partes.

Tras 19 años de aquel terrorífico accidente, los melillenses siguen recordando la crudeza de aquellos dolorosos momentos vividos, apenas un año después de otro gran suceso, la rotura del depósito de aguas de Cabrerizas que había arrasado barrios como el de Averroes y costado la vida a once personas.

Monumento
Los familiares y amigos de las víctimas no olvidan este aciago día ni los posteriores, ni el dolor de tan terrible pérdida y de hecho en redes sociales demandan a las autoridades de la ciudad algún tipo de reconocimiento a las víctimas, algún gesto visible, como un monumento, un monolito o incluso alguna calle en recuerdo de las víctimas, al margen de la placa que en el cementerio cristiano se instaló en recuerdo de todos ellos. Esperan los familiares que esta petición surta efecto y que la Ciudad Autónoma, de motu proprio promueva este reconocimiento.

Se propone incluso utilizar la rotonda situada junto al aeropuerto para instalar algún monumento conmemorativo que incluyera una relación con los nombres de todas las víctimas.

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J.A.M

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