No es de extrañar el monumental enfado del presidente del Colegio de Médicos de Melilla, Jesús Delgado Aboy, tras una nueva agresión a un facultativo en Melilla, en esta ocasión el pasado lunes en el Centro de Salud de Cabrerizas, a manos presuntamente de un paciente por una supuesta disparidad de criterios entre médico y enfermo. En declaraciones a MELILLA HOY, Jesús Delgado ha manifestado que "aquí o se toma alguna medida o qué vamos a hacer: ¿vamos a ir con pistola a pasar consulta? Esto no puede ser. O se toman medidas y se ponen correctivos ejemplares o que se ponga protección policial en los sitios más conflictivos: extrarradio, Urgencias y ambulancia" ha subrayado.
Delgado ha revelado incluso un incidente ocurrido el pasado12 de septiembre cuando el personal sanitario de una ambulancia atendía a un herido de siete puñaladas a la altura de las Palmeras y fueron apedreados por desconocidos, lo que les obligó a realizar la reanimación del paciente en el trayecto mientras se dirigían al hospital.
Son sucesos que han colmado el vaso de la paciencia de la representación médica. Y es que, aunque es cierto que son difíciles de prever, no hay que titubear a la hora de castigarlas para intentar que esta sea una medida disuasoria. Los médicos -al igual que los maestros- son una figura de autoridad y como tal están protegidos por la ley.
Eso no quita para poner todos los medios que estén al alcance de la administración para que los facultativos puedan desarrollar su trabajo con normalidad máxime cuando hay centros que se manifiestan como conflictivos por el perfil de algunos de sus pacientes. Jesús Delgado Aboy se plantea incluso pedir protección policial en el extrarradio, Urgencias y ambulancia -los tres más afectados por esta violencia contra los sanitarios- y parece en principio una medida drástica, pero refleja claramente el sentir de estos facultativos que lo único que hacen es darlo todo por ayudar a sus pacientes y a veces se encuentran con la incomprensión y, lo que es peor, en ocasiones incluso con la violencia verbal y física como la que parece que ha ocurrido en el Centro de Salud Zona Norte. En estos casos hay que redoblar los esfuerzos para prevenir cualquier tipo de incidente y, en el caso de que se produzcan, las medidas contra los agresores deben ser ejemplares. Los sanitarios están para atender a sus pacientes, no para sucumbir ante las amenazas de quienes creen que el sistema sanitario debe estar sometido a sus caprichos.
Así, es momento de tomar medidas para dar tranquilidad a un colectivo que, por las palabras del Colegio de Médicos de Melilla, se siente en ocasiones maltratado y desatendido frente a estas agresiones.
