Legionarios y regulares no sólo dejaron bien alto el nombre de Melilla en el desfile de la Fiesta Nacional, como es habitual en ellos cada vez que se les reclama fuera de la ciudad. También dejaron constancia del alto compromiso que tienen nuestras tropas en la salvaguarda de la defensa nacional y de los preceptos constitucionales sobre los que se asienta el Estado de Derecho español. Esto es muy importante en unos momentos en los que los independentistas catalanes juegan a echar un pulso al país entero Pocos dudan de que la celebración de la Fiesta Nacional de ayer tuvo una relevancia especial, mayor aún si cabe que otros años, por el desafío secesionista en Cataluña y los acontecimientos que han sacudido no sólo a aquella región, sino a todo el país, en las últimas semanas. Y Melilla, como siempre, tuvo un papel protagonista en el 12 de octubre de este año, en el que nuestros legionarios y regulares pusieron el mejor broche a un desfile brillante que, trágicamente, se vio empañado minutos después por la muerte de uno de los pilotos que participaron tras estrellarse en Albacete el Eurofighter en el que iba cuando regresaba del desfile. Una noticia muy triste, que en Melilla se ha sentido mucho como ayer quedaba claro en los numerosos mensajes de condolencias que inundaron las redes sociales tras hacerse pública la noticia.
Volviendo al desfile, decíamos que Melilla había tenido un papel relevante por su presencia en el acto más importante de la Fiesta Nacional. Entre los 3.900 militares llegados de todos los puntos del país que participaron, probablemente los más aplaudidos fueron los legionarios y regulares melillenses que ayer dejaron el pabellón de nuestra ciudad bien alto.
Como suele ser habitual, ambas unidades desfilaron las últimas por tener un paso específico y fueron muy aclamados por el numeroso público presente. No en vano, la Legión es una de las unidades militares más conocidas y queridas entre la población española. Y no hay que olvidar que se fundó en Melilla, donde tenemos el Tercio Gran Capitán 1º de la Legión, cuyos soldados desfilaron en el Paseo de la Castellana marcando su ritmo frenético de 160 pasos por minuto junto con su mascota, la cabra, que fue volvió a ser el centro de todas las miradas.
También los miembros del Grupo de Regulares número 52 de Melilla tuvieron un gran papel durante el desfile. Con sus 90 pasos por minuto y sus blanquísimas capas, pasaron con su elegante desfilar por delante de los Reyes, las numerosas autoridades civiles y militares asistentes y el abundante público, que también le rindió una gran ovación como reconocimiento a la unidad más condecorada del Ejército español.
Legionarios y regulares no sólo dejaron bien alto el nombre de Melilla en el desfile de la Fiesta Nacional, como es habitual en ellos cada vez que se les reclama en cualquier acto fuera de la ciudad. También dejaron constancia del alto compromiso que tienen nuestras tropas en la salvaguarda no sólo de la defensa nacional, sino también de los preceptos constitucionales sobre los que se asienta el Estado de Derecho español. Esto es muy importante en unos momentos en los que los independentistas catalanes juegan a echar un pulso al país entero, que ha respondido con ese «baño de unidad, orgullo de ser español y sentimiento de españolidad» de los que ayer hablaba Imbroda como señas de identidad de este 12 de octubre.
