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El rincón de Aranda

A un cicerone-guía turístico equivocado

Hace unos días mi primo Juan, me llamó un poco cabreado. El cabreo era porque en su reciente viaje a nuestra ciudad, programado por la Casa de Melilla en Barcelona, encontrándose cerca del Fuerte de Camellos, el guía que iba informando de la historia al grupo, dijo que desde ese fuerte en el siglo pasado, cada día a las 12 de la mañana (sic), solían disparar un cañonazo. Mi primo, hombre prudente, al oír ese dato que el guía, con engolamiento y rotundidad, decía, le saltaron las alarmas de su memoria. En un momento en que ambos se encontraron a solas, le dijo que ese dato era erróneo y el cicerone, sin inmutarse, le contestó que lo comprobaría. Él y yo nos criamos a unos 100 metros de lo que fue el Fuerte del Rosario, en “La Cortadura”, cercano a la Torre de Santa Lucía y la Garita de San Bernardo, en Ataque Seco, que hasta el siglo XX estuvo situada la Batería de Costas: y desde ahí SÍ que se disparaba, cada día, el famoso cañonazo de estopa, a las 12 de la mañana. Cañonazo que quedó como recuerdo de otros que indicaban los horarios de diana, fajina y retreta del antiguo presidio. Yo imagino que éste sería el de la fajina para que los libertos, con permiso de salida al trabajo, en las cercanas huertas del presidio, fueran a comer el rancho. En los 50, en Ataque Seco y calles adyacentes, se podía escuchar a cualquier vecina: “Mariquita: ¿sabes si ha sonado el cañón?”.

Yo tengo la impresión que este guía se lió con los cañonazos, confundiendo el que disparaban éste desde Ataque Seco, con los del Fuerte de Camellos. Porque según la publicación de la Comandancia General de Melilla, del viernes 9.08.2013, en la que haciendo una retrospectiva histórica, todo apuntaba que el comienzo de esa tradición databa de principio del siglo XX, siendo la primera referencia en prensa de 1906: “Cuando en Agosto de 1913 el representante del Sultán Kaid Bachir Ben Senuah, visitó al Comandante General, Gómez Jordana, le solicitó que, como en años anteriores, tanto al amanecer como al anochecer se efectuase el mencionado disparo. En Melilla se efectuaba desde el Fuerte de Camellos, y para quienes se encontraban en el campo exterior, el aviso se realizaría desde las baterías del Zoco el Had, Nador, así como en Alhucemas y el Peñón de Vélez. Posteriormente, el 11.06.1918, aparecía en “El Telegrama del Rif”, que en la tarde anterior, se habían realizado quince salvas para anunciar el comienzo del citado mes sagrado. En 1924, por ejemplo, además del cañón de Melilla, también se disparaba otro desde Cabo de Agua; y durante la década de los noventa, se estuvo ejecutando esta acción. Esta labor ha venido desempeñándola, en época reciente, una batería del mismo Rgto. de Artillería nº 32.

En el año 2013, para señalizar la finalización del Ramadán, se retomó esta colaboración y, a través del disparo del cañón que se realizó a las 21:45 horas desde Rostrogordo, se puso en conocimiento de toda la población musulmana y, por extensión, de toda la melillense que han concluido los treinta días de ayuno previstos en el Corán, a contar desde que termina el octavo mes, Shaaban”.

Y por otra parte también, a ese guía le pido que junto con sus colegas, se reúna con las autoridades civiles y militares, y que de una vez por todas, a quienes pertenezca, lleguen al acuerdo para denominar La Purísima, como: “Cementerio Nacional de Héroes de España”. Lo digo por lo de la metopa de la Commonwealth, que tienen en su poder, referente a los aviadores británicos de la II Guerra Mundial, muertos en accidente, en las cercanías de nuestra ciudad, que se encuentran enterrados en nuestro Cementerio.

Como todo el mundo sabe, la palabra “Cicerone”, define a la persona que dirige a turistas y visitantes por museos, y ruinas arqueológicas.

Se cree que la palabra proviene de la facundia o verborrea, por el tipo de enseñanza practicado por el político, filósofo y orador romano Marco Tulio Cicerón; considerado como uno de los más grandes retóricos y estilistas de la prosa en latín de la Roma antigua. Cuenta la Historia que Cicerón, en una alocución en el Senado se encaró con su coetáneo Lucio Sergio Catilina diciéndole: “¿Quousque tandem abutere, Catilina, patientia nostra?”: “¿Hasta cuándo, Catilina, abusarás de nuestra paciencia?”.

Eso mismo, si me lo permiten, les digo yo a los engolados y presuntuosos guías turísticos: que antes de explicar la historia de los lugares que enseñan, se los aprendan de carrerilla, para que así no los tilden de “Guías de Ojana”. Lo digo porque hace muy mal efecto que un turista abandone la ciudad confiado en la explicación recibida por un “experto”, y más tarde sepa que la realidad fue otra. Así que yo, por lo que me toca, aconsejo al responsable de la “Cosa del Turismo” en Melilla, que organice cursos a los que se dediquen a enseñar la Historia de nuestra ciudad, que tan rica y variada es en su conjunto. Digo yo, que tampoco costaría tanto, ¿no?.

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