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Denuncias por agresiones mutuas en un conflicto entre compañeras de piso

Problemas de convivencia entre dos jóvenes -compañeras de piso- acaban por provocar una pelea en la que también estuvo involucrado el novio de una de ellas. Cada una de las partes sostiene una versión totalmente distinta de los hechos, acaecidos en la madrugada del día 31 de diciembre de 2016 en una casa del barrio de Cabrerizas. Las defensas de ambas partes pidieron la absolución de sus respectivos acusados, mientras que el Ministerio Fiscal solicitó dos penas de un año y tres meses de cárcel para la pareja y tres penas de 300 euros de multa, una para cada implicado en los hechos. Dos compañeras de piso y el novio de una de ellas se presentaron en los juzgados como acusados y perjudicados al mismo tiempo, tras interponerse mutuamente denuncias por sendos delitos de leves de lesiones y dos delitos de robo con violencia.
Según la descripción de los hechos, sobre la una de la mañana del día 31 de diciembre de 2016, en una casa situada en la Calle Nicaragua (en el barrio de Cabrerizas), se produjo un altercado entre dos compañeras de piso, que comenzaron discutiendo y acabaron enzarzándose. La policía no llegó a tiempo de intervenir y cada una de las partes implicadas ofrece una versión muy distinta de los hechos.

La compañera y su pareja
Según “E”, acusada de un delito leve de lesiones y de otro de robo con violencia, llegó al domicilio sobre la una de la mañana y, al acceder a su habitación, encontró que le habían cortado el cable de la luz y el cable de antena, por lo que fue a pedir explicaciones a “S”, su compañera de piso. El tono de la discusión aumentó y afirma que, en un momento determinado, “S” llegó a agredirla pegándole “un bofetón”.
Según “E”, la disputa con su compañera, a la que abonaba “200 euros al mes por la habitación”, había surgido al descubrir la propietaria del inmueble que se estaba subarrendando una habitación, acción prohibida por contrato. “E” afirmó que, desde que la casera descubrió el negocio de “S”, la relación de convivencia entre ellas empeoró significativamente, puesto que quería echarla de la casa.
La pareja de esta joven -también acusado de robo con violencia y lesiones leves-, “J”, que no residía en la casa, declaró no encontrarse presente durante el altercado, según afirmaron tanto él como “E”.

La inquilina original
La versión de la chica que ocupaba el piso desde el principio, “S” difiere sustancialmente de la ofrecida por la pareja conformada por “J” y “E”.
Según “S”, acusada de un delito de lesiones leves, su compañera “E” no era tal, sino que se trataba de una “okupa”. Según afirma, al formar parte de un grupo de ayuda de Melilla, no le importó acoger en casa a “E”, pero la mala relación con “J” y los problemas que generaba al traerlo a casa provocaron que le prohibiese llevarlo. Tras negarse “E” a aceptar estas condiciones, se habría negado también a irse y habría decidido “okupar” la habitación en contra de la voluntad de “S”.
Según “S”, su compañera “E” habría llegado a la una de la mañana del día 31 de diciembre, y coincide en que “E” la habría increpado por no tener luz en su habitación, pero afirma que la agresión habría sido protagonizada por ella, que la habría abofeteado al interponerse “S” entre ésta y el cuadro de luces cuando se disponía a arrojar un refresco sobre el mismo con el fin de averiarlo en represalia por no tener luz. A continuación, la joven “okupa” habría salido a la calle para llamar a su novio, “J”, que se habría personado en la vivienda antes de que llegara la policía -a la que “S” habría llamado durante el altercado- forzando “J” posteriormente la entrada a patadas -precipitando la caída al suelo de “S”, que se encontraría al otro lado de la puerta tratando de evitar que “J” y “E” entrasen- y apaleando ambos en el suelo -“patadas, puñetazos, me cogieron del pelo”- a “S”, con el objetivo de arrebatarle el móvil, al parecer por que había estado grabando audio durante todo el enfrentamiento.

Partes de lesiones
La joven “okupa”, “E”, presentaba lesiones leves, certificadas por un parte médico, igual que su compañera de piso, “S”.

Acusación mutua
Ambas defensas pidieron la absolución de sus respectivos, en el caso de “S” por la categoría de las lesiones, que no se podrían explicar si no hubiera habido una agresión, y en el caso de “J” y “E”, por “incongruencias en las diferentes declaraciones de “S”.
La Fiscalía solicitaba, por su parte, para los tres delitos de lesiones leves, tres multas de 300 euros (un mes, a razón de 10 euros diarios por cada delito) y. para los dos delitos de robo con violencia, dos condenas de un año y tres meses de cárcel.

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Fernando Lamas Moreno

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