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Melilla y las escuelas de jurisprudencia Islámica

Imam

En el Islam existe una relación directa entre el derecho y la religión, y la aparición de nuevas temáticas no reflejadas en el Corán o la Sunna, que implican la toma de decisiones complejas, provocó la aparición de “escuelas de jurisprudencia” o pensamiento, que difieren entre sí en la flexibilidad con la que abordan la toma de decisiones y la aplicación de la ley. Cada escuela propugna una manera de ver la ley, lo que implica una manera de afrontar la realidad. El malikismo, una de las interpretaciones más flexibles, es la tradicionalmente predominante en el Magreb, el Rif y, por tanto, Melilla. Tras la muerte del Profeta Muhammad -Mahoma, según la castellanización del nombre-, la comunidad musulmana quedó privada de de nuevas revelaciones que permitieran guiar política y religiosamente a la Umma (comunidad). En un principio, la Umma se regía por el Corán y la Sunna (la tradición profética; los dichos y hechos de Muhammad), pero estas fuentes, pese a ofrecer una amplia materia para la legislación, no abarcaban todas las posibilidades. No todo estaba previsto en ellas, y para adaptarse al desarrollo de la comunidad, se hizo necesario un sistema para tomar decisiones con respecto a los nuevos temas. Los expertos en jurisprudencia islámica -el estudio del derecho- desarrollaron varios métodos para tomar decisiones con respecto a dichos nuevos temas: El acuerdo universal, el interés común, la interpretación personal, y el razonamiento por analogía. En base a estos métodos, se establecieron cuatro grandes escuelas de jurisprudencia islámica que difieren en la manera de interpretar la ley islámica, yendo desde la máxima literalidad (hanbalí) a la máxima flexibilidad y capacidad de ajuste, analogía e interpretación.

Cuatro escuelas
Estas cuatro escuelas depensamiento o derecho (fiqh, conocimiento profundo) del islam sunni difieren en su flexibilidad a la hora de interpretar la ley en islámica. Son, por orden de aparición:

  • Hanafi (S. VII): El hanafismo es la más antigua y popular (la mitad de los musulmanes del mundo siguen esta escuela) de las cuatro escuelas. Fue extendida por el Imperio Otomano, es la escuela menos rígida y se caracteriza por cierto aspecto de desahogo y libertad, permitiendo el razonamiento personal en la interpretación de la ley con objeto de obrar conforme a los principios de conveniencia y equidad, que no son necesariamente objetivos.
  • Shafi’i (S.VIII): Esta escuela propone, en los casos en los que los pasajes del Corán o los Hadices son ambiguos, se recurre al consenso alcanzado por los compañeros del profeta. De no haber consenso, se propone como fuente de decisión la opinión personal de los compañeros del Profeta y, por último, el establecimiento de analogías.
  • Maliki (S.VIII): Es la escuela predominante en la zona del Magreb y, por tanto, en el Rif y en Melilla. Además de usar el Corán, esta escuela se basa en la Sunna y en las costumbres de Medina; admite que se modifiquen las tradiciones si se oponen al bien público (Maslaba), utilizando el razonamiento. El malikismo destaca por su flexibilidad ante los usos y costumbres de cada región, por lo que se adapta bien a prácticas culturales pre-islámicas.
  • Hanbali (S. IX): Esta escuela es la más rígida de todas, propone la aplicación literal de las escrituras y limita el uso del razonamiento a lo imprescindible. Según esta escuela, se considera reprobable cualquier conducta que no pueda ser directamente referida en el Corán o la Sunna. Esta corriente de pensamiento da lugar al puritanismo islámico -el salafismo- y al wahhabismo, una interpretación fundamentalista y radical de la religión que ha sido vinculada con grupos violentos.

Melilla, la ley y el Islam
Si bien la corriente predominante en la región, el malikismo, por su flexibilidad se ajusta bien a las normas, usos y costumbres de las diferentes regiones en las que residen los musulmanes, en los últimos años -debido principalmente a un gran esfuerzo de promoción por parte de países como Arabia Saudí- Melilla está experimentando cambios con respecto a la composición de su población musulmana.

Al tratarse de una religión profunda y compleja, como se ha expuesto, existen diferencias en la concepción de la ley que tiene cada musulmán, y el problema reside en que las tendencias más radicales, basadas en la corriente hanbalí -principal producto de exportación saudí junto con el petróleo- están siendo implantadas no sólo en nuestra ciudad, sino en Marruecos (de donde no son originarias). El problema de ésta situación no es sólo que se acentúe el fundamentalismo religioso, sino que se produzca un aumento de la brecha social en la ciudad, que lleve al fin de la, hasta ahora, ejemplar convivencia entre culturas y religiones.

A pesar de que el fundamentalismo no implica necesariamente violencia, sí que implica separación, exclusividad y división; un desafío para la convivencia y la tolerancia.

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Fernando Lamas Moreno

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