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Los melillenses apuestan cada vez más por la incineración frente al entierro tradicional

(Autor: Guerrero)

En Melilla se producen al año entre 320 y 340 fallecimientos, prácticamente una media de una persona por día, y en un casi cincuenta por ciento las familias recurren a la incineración frente al enterramiento tradicional, según Mariano Carralero, administrador del Cementerio cristiano de la Purísima Concepción, que constata que este año el número de visitantes al camposanto ha sido muy superior a la de las últimas ocasiones. De hecho, ayer se produjo un trasiego constante de melillenses de todas las edades que además de visitar las tumbas de sus familiares, aprovecharon la climatología para disfrutar de una jornada de descanso acudieron a bares y cafeterías. El sol volvió a acompañar a los melillenses en la celebración de la festividad de Todos los Santos, una tradición que se niega a desaparecer a pesar de modas importadas que siguen calando cada vez más en la sociedad española como Halloween. El Cementerio de la Purísima Concepción se abrió de par en par a los melillenses, recibiendo a miles de ciudadanos de todas las edades, que acudían solícitos a visitar los sepulcros de aquellos que les precedieron para depositar flores a sus pies y rememorar, aunque fuese de forma interna, los momentos compartidos. Frente a la calma interna contrastaba el jaleo del exterior, de los alrededores del camposanto, tomados literalmente por centenares de vehículos y puestos de flores.

La festividad de Todos los Santos se desarrolló sin incidentes y para ello, tal como adelantó el viceconsejero de Control y Gestión de Servicios, Francisco Villena, un equipo humano formado por personal de limpieza, fontanería, albañilería y administración se encargó de cualquier posible problema. De hecho, la oficina del camposanto, en la que se encuentra Mariano Carralero, su administrador, recibió decenas de visitas de personas interesadas en conocer la ubicación concreta de la sepultura de algún amigo o familiar.

En los corrillos, se intercambian lágrimas y palabras de consuelo, risas y algún cotilleo, y hay también quienes pretenden arreglar el mundo. Pero sin lugar el precio de las flores sigue siendo el contenido central y es que según los asiduos, en los últimos días se ha pasado de 3 euros la docena de claveles a los seis euros. El dinero también está presente en el mundo de La Parca, y es que un sepelio en Melilla puede salir por 2.600 euros, entre caja, esquela, flores, el traslado y demás trámites.

Incineración
En nuestra ciudad, según Mariano Carralero, administrador del Cementerio, a lo largo de este año 2017 se han producido entre 320 y 340 fallecimientos de melillenses y de ellos, unos 200 han preferido ser incinerados. Las cifras son ligeramente superiores a las de otros años y reconoce que se está produciendo un paulatino aumento en aquellas familias que se deciden por la incineración en vez por el entierro tradicional. El precio no encarece demasiado el coste de los servicios funerarios a contratar con las empresas de pompas fúnebres.

Afirma que no solo son jóvenes los que apuestan por la incineración, sino incluso personas mayores, como le trasladan las familias cuando se produce el óbito y recurren a los servicios del cementerio para esta labor. La cremación, según dijo, dura unas cuatro horas, pero si hubiese una segunda o incluso una tercera ese mismo día, la duración se acortaría en una hora en cada caso, porque el horno habría alcanzando la temperatura óptima para su trabajo.

Mariano Carralero señala que son en los meses de verano y en los más duros del invierno cuando se producen más fallecimientos en la ciudad, pero por lo general son unos treinta al mes, casi uno al día, aunque "hay semanas en los que no se producen y otras en las que se llegan a contabilizar hasta seis".

En cuanto al camposanto cristiano, recordó que la Ciudad Autónoma iniciará la próxima semana una obra de gran calado con la que se buscan reparar los desperfectos del terremoto de hace un año. También está en estudio la elaboración de un proyecto para colocar una rampa, acerado y árboles en la puerta principal del cementerio de la Purísima Concepción, el recinto que abrió sus puertas en 1890 y que en sus parcelas, nichos, tumbas y panteones se guarda la historia de Melilla y sus melillenses. Por ese motivo a lo largo del año se organizan visitas guiadas de grupos de curiosos y estudiosos, tanto locales como foráneos, interesados en conocer este rico legado.

Hacer las camas antes de las 12
En torno a la festividad de Todos los Santos existen o al menos existían, toda una serie de tradiciones que corren el riesgo de desaparecer tanto por desconocimiento como por el cada vez mayor desapego de las nuevas generaciones, que se decantan por otro tipo de celebraciones como Halloween. Una de las costumbres era limpiar las habitaciones y hacer las camas con sábanas limpias para que pudieran ser utilizadas por aquellos que ya no están, que durante unas horas retornaban a su hogar, junto a los suyos. También se decía que en la noche de Todos los Santos se podían producir apariciones, en calles y veredas de ánimas iluminadas por faroles.

En esta festividad no faltaban las castañas, los boniatos asados y los huesos de santo que aún se venden en pastelerías de la ciudad. Los buñuelos de viento estaban muy presentes en estos días. Se decía que "cada vez que comes uno se salva un alma del Purgatorio", por lo que se combinaba el placer de degustar un buñuelo de viento relleno o no, con la satisfacción de pensar que se ayudaba a algún alma. Los dulces se mantienen, o experimentan cambios para adaptarse a los nuevos paladares, pero otras tradiciones, usos y costumbres corren el riesgo de desaparecer, sino lo han hecho ya.

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Jesús Andújar

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