Y ya puestos, pensiones también, y cuando digo justas me refiero tanto a las que no llegan para vivir medio decentemente, como a las que se pasan de una forma injusta y abusiva (la mayoría de políticos, politiquillos, grandes empresarios, con mayor incidencia en los “fabulosos” ex directivos de la banca). Pensiones más igualitarias.
Queridos lectores, a primera vista y por lo que nos vende este gobierno parece que todo vaya bien, o eso nos quieren hacer creer. Digo con ello que la economía europea y española está creciendo en torno a un 3%, en España algo debilitado últimamente por lo acontecido en Cataluña y lo que seguirá aconteciendo, pero claro, cuando uno traspasa las portadas de los principales diarios de economía y bucea en los departamentos donde se escribe sobre el proceso de la distribución de la riqueza, ¡Quieto ahí!, el asunto cambia ¡Y tanto!
Es entonces, precisamente, donde uno se percata de algo tan radical e injusto como el hecho de ver que mientras los beneficios de los patronos (cuando hablo de patronos, entiéndase a esos de multinacionales y grandes empresas, así como a los de la banca) ya superan el nivel que tenían antes de la crisis, los salarios y pensiones siguen PERDIENDO PODER ADQUISITIVO, y no es que lo diga este insignificante ciudadano que “cotizó 52 años” entre Clases Pasivas y Régimen General (solo me sirvieron mis 42 años en Correos y me sobraban 7, los otros 10 también regalados), lo dicen los muchos estudios realizados. ¿Qué por qué pasa eso? Por algo muy simple amigos, y les aseguro que no aporto nada que no esté publicado y reconocido. Por ello les digo categóricamente, que las causas tienen mucho que ver con esa dichosa (“desastrosa”) Reforma Laboral (impuesta por el Gobierno y pensada para abaratar salarios y así contentar a empresarios), con el modelo de crecimiento que entiende como prioritario la liquidación de la deuda de las empresas, con la inexistencia de un presupuesto público que empuje el crecimiento económico y, también, como se ve en la negociación colectiva con la cerrazón de las organizaciones empresariales (los de las PYMES bastante tienen también con subsistir e ir tirando) a no permitir que los trabajadores gocen de mejores salarios y más justos, como viene ocurriendo desde hace mucho tiempo en la mayoría de países de la UE. Por cierto, es tan real e indiscutible lo que manifiesto, que hasta Fátima Báñez, la ministra de Trabajo (creo que la madre de la desgraciada Reforma Laboral vigente) ha tenido que hacer alguna rueda de prensa para solicitar a los empresarios que aumenten salarios en los diferentes convenios colectivos y acuerdos de empresa.
¿Cómo se come esto? ¿Qué la Señora Báñez se ha convertido en preocupada monja de la caridad? NO, nada de eso. Simplemente sabe que la ganancia del poder de los salarios es necesaria para consolidar la línea de crecimiento económico, recortar paro, y reducir desigualdad. Algo que por lo visto, les importa un carajo a los empresarios. Y también al empresario Gobierno con los empleados públicos y pensionistas. Dicho lo anterior, ahora, con todo el tinglado independentista de Cataluña, el procés, secesionismo y los sueldos de los Mossos, al parecer “alguien” ha manifestado algo así como de igualar a Policías Nacionales y Guardias Civiles. Que me parece bien.
También, con todo este maremágnum catalán se están conociendo salarios de ese gobierno o govern, de consejeros o consellers y de otras “especies” relacionadas que es una ¡AUTÉNTICA VERGÜENZA! Así vamos y comprendemos que para el resto, los humildes trabajadores, pensionistas, desocupados y el total de la clase desfavorecida no quede prácticamente casi nada a repartir de esa dudosa “excelente mejora económica de España” (incluida Cataluña, por los siglos de los siglos…).
El Sr. Rajoy, su gobierno y allegados, contentos, así se habla más de Cataluña, de su extraordinario y tardío 155 y sus consecuencias, que posiblemente les haga ganar adeptos y votos y mientras tanto “se habla poco o casi nada” de la Gürtel y otros casos similares. Otro día hablaremos de Bruselas más que seguro cobijo de terroristas islámicos y ahora de “imbéciles muy listillos” políticos catalanes independentistas, pero muy “jodidos” por seguir siendo españoles sin sentirlo.
