Resultan llamativas las críticas del PSOE al afirmar que tiene muchas dudas sobre este proyecto, cuando podría tenerlas más que solventadas al haber tenido este proyecto en su poder durante los ocho años de Gobierno de Zapatero, pero lamentablemente guardado en un cajón sin hacerle caso Desde que hace 13 años fue presentado por primera vez, los melillenses hemos oído hablar del proyecto de ampliación del puerto muchas veces. Ahora el asunto vuelve a estar de actualidad después de que la Autoridad Portuaria convocara el pasado lunes a los grupos de la Asamblea para hablarles de esta importante obra, considerada como un tema de ciudad por el importante impacto que tendría tanto en inversión pública, como en generación de puestos de trabajo y la creación de nuevo suelo que permitiría liberar al casco urbano de industrias pesadas. Como era de esperar, la unidad y el apoyo unánime de todos los grupos políticos a esta obra ha brillado por su ausencia, ya que el PSOE salió diciendo que la ampliación del puerto le provoca «muchas dudas», y CpM ni siquiera fue a la reunión por negarse a participar en lo que considera una «gran mentira».
Y es una pena que esa unidad no se dé en torno a un proyecto del que muchas veces se destacado su importancia para el futuro de Melilla, al ser la nuestra una ciudad cuyo desarrollo viene lastrado por numerosos factores que vienen dados, fundamentalmente, por su ubicación y limitaciones geográficas. Quienes se muestran reacios a la ampliación del puerto deberían tener en cuenta que Melilla precisa un revulsivo en su modelo económico para hacer frente a los numerosos hándicaps a los que se enfrenta, entre ellos, como hemos dicho, las limitaciones geográficas que sufre esta ciudad por su idiosincrasia de tener fronteras físicas por todos lados, unida a su ubicación «aislada» en el norte de África y el enorme y endémico problema del paro que le amenaza cual espada de Damocles.
El proyecto de ampliación del puerto comercial puede ayudar a lograr ese objetivo de alcanzar un modelo económico alternativo. La magnitud de la obra invita a creerlo: unos 300 millones de euros de inversión pública en varios años y unos 2.900 puestos de trabajo que se podrían crear entre directos e indirectos. Además, hay que tener presente que hasta ahora, es el único proyecto que se ha puesto sobre la mesa para intentar resolver la falta de expectativas que sufre Melilla desde hace ya demasiados años.
Es por ello resultan llamativas las críticas del PSOE al afirmar que tiene muchas dudas sobre este proyecto, cuando podría tenerlas más que solventadas al haber tenido este proyecto en su poder durante los ocho años de Gobierno de Zapatero, pero lamentablemente guardado en un cajón sin hacerle caso. La postura de incredulidad de CpM es algo más lógica, pero poco más, teniendo en cuenta que en esta década larga que ha transcurrido desde que se empezó a hablar de la ampliación del puerto nada ha cambiado en nuestra dársena. No obstante, también los cepemistas deberían tener en cuenta que si eso es así es porque durante los 8 años del PSOE en el Gobierno no se avanzó ni un milímetro en esta obra, y en parte de ellos CpM fue su socio político, por lo que algo de responsabilidad también podría tener en esa tardanza que ahora reprocha.
Por ello y otras razones no es aceptable esa postura crítica de quienes rechazan de plano la ampliación del puerto sin proponer alternativas al desesperante problema del paro que sufren muchas familias. La realidad es que es un proyecto de ciudad que está más cerca de hacerse realidad y que ha contado con el compromiso público del Gobierno central, incluido su presidente, Mariano Rajoy, en su última visita a esta ciudad.
