En opinión del consejero de Bienestar Social, Daniel Ventura, el incremento de menores extranjeros no acompañados (MENA) en grandes capitales peninsulares se corresponde con el aumento de entradas que se viene registrando en la ciudad y que ha llevado a centros de acogida, como Purísima, a que desde septiembre se esté superando la cifra de 400 acogidos. Las entradas son diarias, dijo. Anunció además el consejero que en breve se activará el programa de educadores de calle para intentar recuperar a aquellos menores que malviven en la calle. El intento de entrada de un grupo numeroso de menores extranjeros no acompañados que se vivió el lunes en Beni Enzar no ha tenido una traducción directa en el número de MENAS acogidos en los centros de la ciudad, instalaciones que como ocurre en Purísima lleva desde septiembre con una media de acogidos que oscila entre los 400 y los 420.
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"Desde hace tres meses nos movemos en unos números muy altos", cifras que "fluctúan porque cada día aparecen supuestos menores que lleva la policía y acogemos" hasta que se les puedan realizar las pruebas oseométricas que puedan determinar la edad. Por ese motivo "cada día salen del centro unos cuatro o cinco jóvenes que se comprueba que son mayores de edad y hay otros veinte que dicen ser menores pero que podrían ser mayores" por lo que se está pendiente de las pruebas. Entre tanto, son acogidos.
En opinión del consejero, el incremento de menores extranjeros no acompañados que se está dando en grandes capitales peninsulares viene a constatar la presión migratoria de menores que sufre Melilla y la entrada diaria de jóvenes desde el país vecino. "El problema de los MENAS lo encontramos también en otras comunidades españolas donde se ha incrementado de forma importante el número de menores, y algo tiene que ver el hecho de que están entrando a Melilla también muchísimos más que hace un año. Si pasan es porque saben que pueden llegar a la península con más facilidades y a ciudades donde tienen amigos o familia que les animan a acoger esta vía", dijo.
Educadores
También apuntó Daniel Ventura que el programa de Educadores de Calle se reactivará en breve, una vez se saque a concurso. La idea, como ya ocurrió este verano, es lograr que el mayor número posible de niños de la calle puedan ser conducidos a centros de acogida donde ser atendidos. El contrato de educadores de calle tendrá una duración de dos años y podrá prorrogarse durante otros dos más, buscando de esta forma que pueda consolidarse. La adjudicación se hará por vía de urgencia. Se contratarán a 16 profesionales: cinco educadores o trabajadores sociales, un enfermero y diez auxiliares de control educativo. Dispondrán además de dos furgonetas para su trabajo y también para el traslado de los menores ya sea a centros de salud o a los de acogida.
Manifestó el consejero de Bienestar Social que hay jóvenes y niños de la calle que han accedido a Melilla y que ya vivían en estas condiciones en su país a los que es difícil convencer para que vayan a un centro de protección, pero que sí hay otros menores que sí aceptan. Se trabajará tanto con unos como con otros. Con los primeros, para poder darles, aunque sea en este entorno, la atención que sea posible, y con los segundos, en los centros de acogida.
