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El Candil

El Editorial de Bohórquez

Me quedé con los ojos a cuadros ¡soy 33 años mayor! Que felicidad, y pensar que creí tendría entonces, ochenta. Gracias amigo Enrique por hacerme recordar aquellos tiempos, en que tú buscabas inversores, y a ello se apuntó Calderón, con mucha vista. Mientras tanto, por lo que dejas ver, se ha ido tejiendo una red inteligentemente político social que, ni mejor lo hubieran hecho desde el pensamiento socialista, aunque el que fue mi amigo Gonzalo, también lo hizo bien, pero de otra manera ¿tú qué dices?… A veces, un buen acoso sin derribo, es suficiente para espabilarse ya que, muchos vienen con aires de grandeza y se quedan en pobres de solemnidad, como los del GIL. Otros, llegan descolgados del "caballito de mar" se hacen con la sociedad unida del pueblo melillense y ¡zas!, se quedan con el Partido Popular, y para eso hay que ser también inteligente. Yo personalmente, admiro en otros lo que a mí me falta, esa cierta capacidad decisoria y arriesgada, que decidida, se lanza con esa cierta ambición personal a conseguir su gloria, donde su ego va siempre por encima del de los demás; por supuesto con una mayor y cierta preparación, la que en ese medio y situación, sobresale por la frescura que da el no estar muy quemado, aunque por circunstancias llegue, de una manera u otra, uno "rebotado". Por ejemplo, que alguien llegó de una Autonomía política con trabajo y dos dedicaciones de iniciativa propia, y en un año se declararon "soberanos" y ¡ala!, a la calle a empezar de nuevo. Y menos mal que la empresa en Madrid era en aquel entonces socialmente de preferente categoría, dirigida por navieros y no por burbujas del ladrillo ¡menos mal!, que si no hubiera tenido que irse de mercenario o a Colombia a producir aceite de palma, pero no, le hicieron recaer en Melilla.

Por eso, sólo por eso, sabiendo de todo ello, es de admirar a los creadores propios que con su iniciativa proyectan, crean y mantienen una actividad constante; ahí tenemos los casos que aunque diferentes, son ejemplos, como la saga de los UPM o los PRONOR o el individualismo en el MELILLA HOY y SODEMEL; en fin, que cuando Dios me reencarne, quiero ser como ellos sin abandonar mi "gracia" ¡claro está!… He de recordar y recuerdo a aquél caballero y militar que en tiempo de transición hizo en favor de lo sindical y en hecho que se salía de las manos a la Delegación de Trabajo, autoridad suficiente como Delegado del Gobierno, para proteger a embarcados (sin sueldo pagado) en buque extranjero que atracó en este puerto, Don José María de B. y López Dóriga. Tío de Enrique Bohórquez y López-Dóriga.

Sé, que me llamarán ¡pelota! Pero aquel gesto del General, me llenó el alma.

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