Según el tañido-sonido (lenguaje), de las campanas, es tan extenso que para desarrollarlo en éste humilde artículo harían falta varios folios. Todas ellas, como saben por lo general, tienen sus nombres propios, como “Úrsula”, “Violante”, “Andrés”, “Vicente”, etc.. La de la Iglesia Castrense la bautizaron como “Eleuteria”,… … que fue el nombre de la madre del entonces Comandante General D. Manuel Fernández Silvestre, que al inaugurar el templo, el domingo 19.09.1920, se refirió a ella. La de la Asociación General de Caridad (Gota de Leche), fundada el 22.01.1915, le colocaron el nombre de “Paquita”, que fuera esposa del Alcalde D. Cándido Lobera; y la de la Iglesia de
Alhucemas: “Eulalia”, en honor a la esposa del Alcalde D. Rafael Álvarez Claros. Referente a la del Cementerio, hay datos donde figura que proviene de la antigua Ermita de la Victoria, que más tarde fue colocada en el antiguo Cementerio de San Carlos de la Alcazaba el 7.09.1797, cuando lo bendijo el Vicario D. Francisco Muñoz Gálvez, en el 4º Recinto amurallado; que como dato curioso su primer enterramiento fue el del desterrado (preso), José Pinedo, de 26 años, natural de Santiago del Burgo, en Galicia. Aunque hay quien cree que fue en diciembre, en vez de septiembre, cuando se enterró. También en 1869-1893, se realizaron los primeros enterramientos judíos, que muy bien pudieron ser descendientes de los cuatro hebreos de Tetuán, que el 10.08.1863, D. Manuel Álvarez Maldonado, Mariscal de Campo de los Ejércitos Nacionales y Gobernador Militar de Melilla, concedió seguro pasaporte junto a varios vecinos del campo fronterizo: Farhana, Beni Sicar y Beni Sidel, para que pudieran dirigirse a la Plaza en busca de trabajo, concediéndose les a todos ellos la ciudadanía española.
También en una sesión de la Junta de Arbitrios se discutió en aclarar la propiedad de los nichos del Cementerio de San Carlos.
Al inaugurar el actual de La Purísima (antes Ntra. Sra. del Carmen), esa campanita la colocaron arriba de la escalera, en un lateral del frontispicio; pero a alguien le parecería que “hacía feo”, y la colgaron, para “enmudecerla”, donde ahora está.
Por eso, como soy tan preguntón, y alguno de ustedes también desearán
saberlo: ¿por qué no tañe a muerto y cuál es el nombre de esa campanita?. Hace un año, si hubiese tenido a mano una escalera hubiera comprobado su nombre, y fecha de construcción; pero desgraciadamente no tuve ocasión. Digo todo esto porque un familiar me comentaba que en la actualidad nadie toca esa campana en los entierros, como cuando yo era un chaveílla lo hacía el conserje del Cementerio, señor “Frasquito”. Yo, si me lo permite, creo que el responsable de llevarlo a cabo, no hace falta que lo haga imitando a los “canclillos” de rigor: uno si el difunto es hombre, y dos si es mujer, con la “Úrsula” y la “Violante”, porque como ya se habrán dado cuenta, esos toques tan complicados no se podrían dar en nuestro Camposanto. Con esa silenciosa y humilde campanita, solo bastaría con dos “dobles a muerto”, anunciando que alguien va a ser enterrado en sus sagrados patios, junto a nuestros Héroes y Mártires. Tampoco costaría un gran esfuerzo, ¿no?
En fin, como siempre, el político responsable de cementerios y camposantos, tiene la última palabra; igual que la señora Consejera, Fadela Mohatar, recordándole nuevamente que Napoleón sigue, tan campante, con la mano derecha en el pecho, en la Falda de Camellos, y con el dedo corazón enihesto de la izquierda dirigido hacia todos nosotros, como diciendo: “No hay cojones para quitarme de aquí”.
