Hay modas pasajeras y hay otras que se asientan hasta sumarse a las tradiciones de cada lugar o país. Este es el caso de Papá Noel, el simpático personaje vestido de rojo, de mofletes sonrosados y que durante la madrugada de Nochebuena a Navidad recorre el mundo dejando regalos a los pies de árboles de Navidad para niños de todas las edades. En España los Reyes Magos empiezan a perder su hegemonía cediendo terreno al Santa Claus anglosajón. Melilla no queda al margen y son numerosos los padres que deciden que sus hijos reciban regalos tanto el 25 de diciembre como el 6 de enero. Con el devenir de los tiempos el bonachón Papá Noel anglosajón ha ido haciéndose un hueco en el imaginero colectivo, hasta el punto de que ha llegado a convertirse, por la influencia del cine y la televisión que llega del otro lado del charco, en símbolo inequívoco de la Navidad. En países como España, donde son otros personajes mágicos los que se encargan de mantener la ilusión de los más pequeños, hasta los entrañables Reyes Magos han tenido que hacerle un hueco al campechano habitante del Polo Norte.
Papa Noel
Por ese motivo, no es de extrañar que los niños escriban dos cartas en Navidad: una dirigida a Papá Noel y otra a los Reyes Magos. La misiva a los Magos de Oriente sigue siendo, hoy por hoy, la más extensa y la visita de Melchor, Gaspar y Baltasar, continúa provocando noches de nervios, alegría, insomnio y madrugones en los hogares de los melillenses. Pero el barbudo norteño no se queda muy atrás. De hecho, también participa en las cabalgatas de los Reyes Magos como un invitado más y sigue, año tras año, consiguiendo nuevas metas.
Los padres se enfrentan a una disyuntiva: que sus hijos reciban todos los regalos sólo el día de Reyes y que puedan disfruta de ellos hasta que vuelvan al cole tras las vacaciones navideñas, o que les llegue sólo en Navidad con Papa Noel. La decisión salomónica, que se está convirtiendo en norma, es que se repartan los regalos entre una y otra fecha, aunque favoreciendo que sean los Magos de Oriente los que esa noche del 5 de enero lleven a casa los mejores presentes.
En cualquier caso, son los padres los que tienen que hacer cábalas, cuentas y listas de regalos que enviar tanto a Papá Noel como a los Reyes Magos para que sus vástagos puedan disfrutar de dos mañanas de ilusión. Melilla no se queda al margen. Hoy no pocos padres recorrerán las jugueterías para hacer los últimos encargos al objeto de que Papá Noel visite sus hogares esta noche y deje, a los pies de la cama de los infantes, el regalo que les hará vivir uno de los días más felices de su infancia y es que, en resumen, la ilusión y la alegría de los niños es en realidad lo que mueve el corazón del mundo.
