MELILLA HOY entrevista a Yonaida Selam, presidenta de Intercultura, con motivo de el cumplimiento, este mes, de los 14 años de historia de la asociación, cuyos objetivos son, desde el activismo político, social y cultural, potenciar una interculturalidad real, que esté basada “el la tolerancia, el sincretismo y la visión positiva de las diferencias”. Selam, acostumbrada a ser la “mosca cojonera” -como ella misma afirma-, ofrece su punto de vista acerca de la entrada de los argumentos religiosos en el discurso político y pide para 2018, entre otras cosas, la destitución de Abdelmalik El-Barkani y la llegada de un delegado “más dialogante”. Con motivo del reciente cumplimiento de los 14 años de la aparición de la Asociación Intercultura, desde este medio hemos querido profundizar en la actualidad de esta agrupación, dirigida por Yonaida Selam; una asociación que navega entre temas incómodos y no deja a nadie indiferente, cosechando detractores y simpatizantes por igual.
P- ¿Cuáles son los objetivos principales de Intercultura?
R- Potenciar una verdadera Interculturalidad basada en la tolerancia, el sincretismo y una visión positiva de las diferencias.
P- En estos 14 años de vida que ha cumplido la asociación Intercultura, ¿Cuáles consideras que son los mayores logros que habéis conseguido? ¿Y cuál consideras que es su mayor fracaso?
R- Cuestionar el statu quo de la ciudad, que consideramos que no tiene en cuenta que la tardía adquisición de la condición de ciudadanos de pleno derecho de los Imazighen melillenses (movimiento que lideró Aomar Mohamedi Duduh) ha producido un claro desequilibrio respecto al resto de la ciudadanía y esto, guste o no, condiciona la realidad de la misma. Otro gran logro es el acuerdo con Los Verdes, es sumamente gratificante y da buenos resultados.
En cuanto a los fracasos, el hecho de que algunas de nuestras propuestas no sean entendidas por un importante número de ciudadanos.
P- Dado que Intercultura no cuenta con financiación pública, ¿Cómo se mantiene activa, de dónde ,concretamente, salen los fondos para poder desarrollar sus actividades?
R- Nos mantenemos gracias a las aportaciones de empresarios, particulares, amigos y de los propios miembros de Intercultura. Es lo que ocurre cuando el gobierno de la ciudad piensa que el dinero de todos los melillenses solo pueden disfrutarlo las entidades afines.
P- Vivimos en una ciudad en la que llevamos años manteniendo un relativo equilibrio en materia de convivencia entre culturas y religiones, ¿No consideras que la inclusión de argumentos religiosos en el discurso político podría ser causa de un aumento de la división entre las comunidades que integran Melilla?
R- Lo que divide realmente a la población melillense es el alto índice de paro, el fracaso escolar (que ronda el 70%) y el hecho de que todos estos paupérrimos índices sociales los encabece una sola comunidad: la musulmana.
P- ¿Cómo responde a las acusaciones de que la finalidad de asociaciones como Intercultura es “islamizar” Melilla?
R- El Islam forma parte de la historia y la cultura de esta ciudad, no necesita de Intercultura para implementarse. Esa acusación no es más que otra falacia de quienes se mueven según esquemas coloniales; me lo tomo irónicamente porque, como bien dice Frantz Fanon, “la ironía protege contra la angustia existencialista”. La misión de esas acusaciones consiste en desplazar el problema.
P- ¿Cómo encaja el reciente auge de tendencias islámicas ultraconservadoras en la dinámica social de nuestra ciudad? ¿Esta ortodoxia no supone un aumento de la división entre comunidades?
R- El Islam es moderación, no caben negligencias, exageración, ni fanatismo, por lo que ese tipo de posturas maximalistas, a Dios gracias minoritarias, son inasumibles para mí. Como dijo nuestro Amado Profeta ( P y B) “Ciertamente Allah no me envió forzado, ni para forzar, sino que me envió como maestro, para facilitar las cosas”. El mayor factor de desestabilización es la desigualdad.
P- Con respecto a lo que está ocurriendo con la población del Rif en Marruecos desde la muerte de Mouhcine Fikri en Alhucemas, ¿Qué postura tiene Intercultura? ¿Cómo valoran la postura reivindicativa de Hirak Rif?
R- La postura es clara: En cuanto a los acontecimientos del Rif, apoyamos las justas y legítimas reivindicaciones del Hirak, condenamos la represión y pedimos la pronta liberación de los presos políticos.
P- ¿Cómo sería una Melilla ideal para Yonaida Selam?
R- Una Melilla más inclusiva, donde todos y cada uno de sus ciudadanos gocen de la misma igualdad de oportunidades, y una Melilla que se enorgullezca de su patrimonio cultural e inmaterial, teniendo en cuenta los referentes históricos y culturales de las diferentes comunidades, especialmente la Amazigh, cuya lengua no se reconoce como cooficial y se la desprecia e infravalora por parte de las instituciones.
P- ¿Cuánto absorbe la presidencia de Intercultura? ¿No supone un desgaste la labor de activismo que llevas a cabo? ¿Te has planteado alguna vez pasar el testigo a otra persona?
R- Bastante, entregas mucho de ti misma, de tu vida personal, casi todo tu tiempo y en el camino te encuentras muchas satisfacciones pero también muchas vicisitudes, pero el activismo implica entrega, dedicación y desgaste, y aún así te recompensa. Varias veces me he planteado pasar el testigo, e incluso lo he intentado, pero no todo el mundo quiere presidir una entidad independiente con un discurso claro, sin complejos y que genera “incomodidad” entre propios y extraños.
P- ¿Cuáles son los 3 cambios que Intercultura desearía para Melilla en 2018?
R- Menos paro, cero pobreza y un nuevo Delegado del Gobierno en que sea más dialogante, más competente y con mayor talento político.
P- ¿Cuáles son los retos que afronta la asociación de cara al futuro a corto, medio y largo plazo?
R- Reorganizar la entidad, hacer actividades que potencien la cultura reivindicativa y seguir ejerciendo el papel de “mosca cojonera” que tanto incomoda al sector más derechista de esta nuestra ciudad.
