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La UMES de Cruz Roja refuerza en invierno la atención a las personas que viven en la calle

Unos 25 voluntarios se turnan en prestar este servicio

Explica Almudena Jerez, encargada del proyecto UMES (Unidad Móvil de Emergencia Social) de Cruz Roja en Melilla que la atención a las personas que viven en la calle no decae a lo largo del año y que es con la llegada del frío cuando se refuerza la atención que se presta a este colectivo, integrado por medio centenar de personas, mayoritariamente hombres sin documentación. Los voluntarios de la Unidad Móvil recorren cada noche los barrios de la ciudad para localizar a los que no tienen un techo bajo el que guarecerse al objeto de llevarles ropa de abrigo, algo de comida caliente y atención sanitaria si la precisan. Almudena Jerez, coordinadora del proyecto UMES de Cruz Roja Melilla, explica a este Diario que la Unidad sale a la calle todos los días, en especial durante la mañana, pero en los meses de invierno se incluye también una batida nocturna. "Cada día se atiende a una media de entre veinte y veinticinco personas, que es una cifra importante, pero es que estamos hablando que se estima que medio centenar de personas viven en la calles de la ciudad", dijo.

Servicio humanitario
Los voluntarios del programa, con el vehículo especialmente adquirido para este servicio, recorre las calles de la ciudad para localizar a estos hombres y mujeres, los conocidos como 'los sintechos', a los que "les damos café, galletas y algunas magdalenas". También, si presentan algún tipo de heridas se les realizan curas y si es necesario, "aunque nunca ha sido necesario, se le trasladaría a urgencias". Asimismo, en invierno "les facilitamos mantas". "Si alguien nos dona ropa o calzado, también se la hacemos llegar".

Reconoce Almudena Jerez que la mayoría de las personas que atienden son hombres, tanto documentados como indocumentados, de entre 40 años en adelante. "Hay también algunos con menos de treinta años, pero por lo general son personas adultas. Hay mujeres, pocas, unas tres o cuatro. No siempre son las mismas. Hay que aclarar que no son mujeres que se dediquen a la prostitución, sino que como el resto, son personas que llegan a esta situación por distintos motivos". Afirma que la situación de calle "es realmente dura" y que pasa factura a quienes tienen que vivir a la intemperie. "Algunos se dedican a lavar coches para sacarse algunos euros".

La soledad es uno de los principales males que aquejan las personas que viven en la calle, además de la indiferencia y a veces, el desprecio del resto de la sociedad. Por ese motivo cuando ven aparecer el vehículo de la UMES "muestran siempre su agradecimiento, se alegran de ver a los voluntarios. En ese momento no te hablan de cosas tristes, sino que muestran alegría a quienes van a ayudarles. A veces te piden unos pantalones o unos zapatos, pero jamás te exigen nada. Por eso, en la medida de lo posible, les damos lo que puedan necesitar", manifiesta la responsable del programa.

Se muestran herméticos a la hora de contar sus experiencias, tal vez por pudor o porque prefieren hablar de otras cuestiones más perentorias. "A veces tienen miedo de desvelar más de la cuenta", añade.

Anima Almudena Jerez a los melillenses a que si conocen el caso de cualquier persona que se encuentre en situación de calle, lo ponga en conocimiento de Cruz Roja al objeto de poder acudir a prestarle auxilio. "La realidad es que nadie quiere estar en la calle, pero no les queda más remedio. Sí que a veces algunos podrían optar a otros recursos, pero no quieren. Nosotros les damos todas las opciones posibles y es la persona la que decide. La mayoría son personas que no tienen esa posibilidad por cuestiones de documentación, por lo que no podrían optar, por ejemplo, al albergue de transeúntes", detalla.

Equipo
La Unidad cuenta con un equipo de 25 voluntarios que se distribuyen en distintos turnos. "Tenemos desde trabajadores en activo que cuando tienen un día libre salen a ayudar, e incluso jubilados y estudiantes". En vacaciones aumenta el número de voluntarios. En invierno, en especial con la entrada del frío, se refuerza el servicio para intentar que aquellos por vicisitudes de la vida no tienen un lugar bajo el que guarecerse, puedan tener también una vida lo más digna posible.

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Jesús Andújar

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