Melilla se volcó ayer con la magnífica cabalgata de Reyes Magos organizara por la Viceconsejería de Festejos que contó con doce carrozas, 14 pasacalles, más de 450 figurantes y donde la seguridad se convirtió en un elemento fundamental. Además del vallado del recorrido, un importante dispositivo policial se encargó del buen desarrollo de una de las actividades que más público mueve al año. Personal de Protección Civil y los 60 custodios controlando cada carroza, contribuyeron a que todo se desarrollara sin incidentes.
A destacar también los diseños de las carrozas de este año, todo un derroche de colores y formas, que hicieron las delicias de los miles de melillenses de todas las edades que arroparon esta fiesta de la noche de Reyes. Además el público pudo comprobar cómo a lo largo del recorrido se cargaron en varias ocasiones de caramelos las carrozas, para que no faltaran. Los pasacalles y los elementos móviles ayudaron, junto con el acertado acompañamiento musical durante todo el recorrido, a que la experiencia resultada todo un éxito.
Sin lugar a duda, lo mejor, los rostros ilusionados y emocionados de la chiquillería presente, entusiasmados todos ellos con la presencia de los Magos de Oriente, los simpáticos Melchor, Gaspar y Baltasar que se volcaron con todos los melillenses repartiendo sonrisas, apretones de manos, besos y sobre todo, muchos caramelos.
Balcón
A su entrada en la Plaza de España, la cabalgata llegó a su fin. Sus majestades se dirigieron entonces al Palacio de la Asamblea, donde fueron recibidos por el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda. Seguidamente se asomaron al balcón del Ayuntamiento, desde el que saludaron a los cientos de ciudadanos que les esperaban en la calle. Melchor fue el primero en tomar la palabra para relatar que habían realizado un viaje muy largo para llegar a la ciudad y saludar a los niños de Melilla, a los que deseó que todos sus deseos se hagan realizar. El deseo de los regios invitados, que 2018 sea un buen año para Melilla.
Antes de marcharse, los Reyes acudieron al Salón Dorado, donde también le esperaban un importante número de niños, hijos de funcionarios municipales.
