El Melilla Baloncesto comenzó 2018 con buen pie, aunque lo más importante es que cortó una racha negativa de tres derrotas consecutivas, tras imponerse al TAU Castelló por 75-68, en un duelo en el que los de Alejandro Alcoba fueron superiores aunque no pudieron respirar tranquilos hasta prácticamente el último minuto. El Melilla Baloncesto comenzó con buen pie el nuevo año, aunque lo más importante es que cortó una racha negativa de tres derrotas consecutivas, tras imponerse al TAU Castelló por 75-68, en un duelo en el que los de Alejandro Alcoba fueron superiores aunque no pudieron respirar tranquilos hasta prácticamente el último minuto.
Massine Fall tuvo el honor de inaugurar el electrónico, teniendo cumplida respuesta por parte de Jason Cain. Los melillenses llevaron siempre la iniciativa en el electrónico durante este primer cuarto, disponiendo de una máxima de cinco minutos (10-5) pasado el ecuador de este periodo. El encuentro tuvo un ritmo vertiginoso, el que le quisieron imprimir los de Toni Ten, con posesiones de muy pocos segundos.
Sin embargo, los castellonenses se mostraron muy desacertados en los tiros de campo, fundamentalmente en los triples con un paupérrimo 0 de 7. Eso favoreció que los de Alejandro Alcoba lograran marcharse al final de estos primeros diez minutos por delante en el electrónico, aunque fuera por un ajustado 16-15. A los locales les pasaron factura varias pérdidas de balón y algunas concesiones en el rebote defensivo, lo que permitió al cuadro visitante mantenerse bien cerca en el luminoso. En el aspecto individual, Diego Kapelan, pese a no salir en el cinco de salida, fue el máximo anotador de los suyos con 4 puntos.
El segundo acto arrancaba con una canasta de Kyle Rowley que situaba a los levantinos por primera vez arriba en el marcador (16-17), aunque la alegría les duró muy poco a los visitantes, ya que Edu Durán anotaba un triple en la siguiente jugada. Alfredo Ott, un ex del decano, convertía un lanzamiento desde más allá de la línea de 6’75 (el primero de la mañana para su equipo) y devolvía la iniciativa en el electrónico al TAU Castelló (19-20). A partir de ahí, y con ocho minutos por disputarse, los de Alejandro Alcoba apretaron en defensa, incluso en cancha contraria, provocando muchos errores en las filas castellonenses. De este modo, los azulones terminarían firmando desde este momento al tiempo de descanso un parcial de 16-5, con Fran Guerra haciendo daño bajo los tableros. Miki Servera cerró este segundo acto con la transformación de dos tiros libres, con lo que los jugadores se marcharon a los vestuarios con 35-25 en el luminoso del Pabellón Javier Imbroda.
El arranque del tercer asalto resultó inmejorable para el Melilla Baloncesto, que firmó un 12-0 de salida, con tres triples consecutivos (dos de Edu Durán y uno de Diego Kapelan). Así, los melillenses consiguieron abrir una importante brecha de 22 puntos (47-25) y fueron capaces de mantener a su rival más de tres minutos y medio sin anotar, Steinarsson rompió la sequía de los castellonenses, aunque los locales llegarían a establecer instantes más tarde su máxima ventaja del partido, 23 puntos (50-27).
Los visitantes no arrojaron la toalla e intentaron reaccionar, algo que lograron gracias a su mejoría desde el perímetro. De esta forma, engancharon un parcial de 7-18 que les acercaba un poco en el marcador al término del tercer cuarto (57-45).
El duelo se igualó bastante en el último acto, con un TAU Castelló que tuvo en Kyle Rowley su referente en ataque, siendo el autor de 13 puntos en este cuarto. Los levantinos llegaron a situarse a solo seis puntos (63-57) a 4’30”, aunque los de Alejandro Alcoba mantuvieron la calma y la victoria nunca peligró. Fran Guerra y Dani Rodríguez volvieron a ser, como en encuentros anteriores, determinantes. A la conclusión del choque se llegaría con el resultado de 75-68, con una canasta casi justo sobre la bocina de Kyle Rowley.
