Aunque el mejor turismo es el que se queda en Melilla varios días y fomenta el consumo, no hay que desdeñar en absoluto el impacto positivo que tienen otros tipos de turismo exprés, como podría ser el de los cruceros. Las cifras de la afluencia de visitantes lo reflejan, así como las del futuro que espera al sector Melilla aspira a convertirse en una ciudad de cruceros, para lo que acogerá en mayo un foro internacional de cruceros para darse a conocer en este sector turístico. Ayer se dio a conocer este importante objetivo después de la reunión que mantuvieron el presidente de la Ciudad Autónoma, Juan José Imbroda, el presidente de la Autoridad Portuaria, Miguel Marín, y Virginia López, propietaria y CEO de Cruise News Media Group, una importante empresa dedicada al sector de los cruceros que podría ayudar a conseguir dicha meta a medio plazo.
No es la primera vez que Melilla se adentra en el mundo de los cruceros. Hay que recordar que el área de Turismo empezó a trabajar en el campo de los cruceros a principios de este milenio, más exactamente en 2000. Desde ese año, hasta 2008 incluido, llegaron a Melilla un total de 15.126 personas que disfrutaban de unas vacaciones a bordo de alguno de los nueve cruceros que atracaron en el Puerto de nuestra ciudad, realizando un total de 18 paradas. Y ello, a pesar de que entre los años 2002 y 2005 se interrumpió la llegada de cruceros, debido al dragado que se estaba realizando en el Puerto de Melilla, lo que impedía el atraque de estos barcos tan grandes. Después de aquel paréntesis, la Viceconsejería de Turismo tuvo que retomar las relaciones comerciales con las compañías de cruceros que ya habían realizado paradas en Melilla y atraer a nuevas empresas.
En los últimos años los cruceros que han pasado por Melilla han sido más bien esporádicos. Por eso es una buena idea que se vaya a intentar retomar este yacimiento turístico para los próximos, ya que además podría ayudar a incentivar un sector necesitado de más clientela como la hostelería o el comercio. Melilla tiene potencial para ser una ciudad de cruceros, por su encanto histórico, cultural, patrimonial y social, además de una magnífica estación marítima como pocas se ven en otros lugares, lo que permite hacer de nuestra ciudad un puerto más atractivo para los cruceros y recibir a quienes nos visitan en buenas condiciones y cerca del casco urbano en vez de entre contenedores, como ocurría antaño.
Aunque el mejor turismo es el que se queda en Melilla varios días y fomenta el consumo, no hay que desdeñar en absoluto el impacto positivo que tienen otros tipos de turismo exprés, como podría ser el de los cruceros. Las cifras de la afluencia de visitantes así lo reflejan, así como las del futuro que espera al sector, con 300 barcos operativos y otros 90 que están en proceso de construcción en los astilleros. Lo que hace falta es que nuestra ciudad sepa aprovecharlo, ofreciendo todo su potencial cuando lleguen los barcos cargados de turistas en vez de recibirlos, como lamentablemente ha sucedido no pocas veces, con las persianas abajo.
