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“En el curso de estrés policial se da prioridad a qué está sucediendo de ‘piel hacia dentro’ al profesional”

La actividad ha tenido tan buena aceptación que ya piensan ofrecerlo en Málaga y Almería

Juan Miguel Agüero Escobar, el agente de la Policía Nacional que imparte cursos de estrés policial dirigidos fundamentalmente a agentes de la Jefatura Superior de Policía aunque abierto a otros profesionales de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Melilla, nos cuenta en esta entrevista los beneficios de la actividad denominada «Curso de Control de Estrés y Autoconocimiento» que realiza gracias a la organización del sindicato Confederación Española de Policía (CEP) de Melilla; su experiencia en este ámbito; sus vivencias; su opinión sobre la conciliación de la vida laboral y familiar de los policías; la influencia que ha tenido para él el haber sido un gran deportista como jugador de voleibol, entre otras muchas cuestiones que nos comenta en esta interviú.

–La primera pregunta ¿por qué un curso de estrés para policías y cuál es su formación en este sentido?
Llegué a un punto de mi vida en que ya no podía seguir dándole la espalda a mis miedos y tomo la decisión de enfrentarme a ellos. En ese mismo momento, me doy cuenta de que la espesa niebla se va disipando y lo que parecían enormes gigantes (cual ilusión del Hidalgo Caballero), acaban siendo meras construcciones mentales que me estaban impidiendo desarrollar el potencial humano que todos llevamos dentro.
Y así fue, en uno de estos trabajos personales cuando se gestó la idea de este proyecto. Se trata de un curso pionero, distinto a los habituales de formación y especialización, en el que se pretende dar prioridad a qué está sucediendo de «piel hacia dentro» al profesional y que sea él mismo el artífice de su cambio. En ocasiones, cuando uno mueve los cimientos de lo viejo, aparece lo nuevo.
He realizado una formación humanista de cuatro años, en la Escuela Granadina de Terapia Gestalt, además de realizar diversos retiros de meditación budistas con lamas occidentales y orientales.
Actualmente estoy cursando el segundo año del Programa SAT, sobre el estudio de la personalidad a través del Eneagrama (Fundación Claudio Naranjo en España). Y sobre todo, sigo en continua búsqueda de mí…

–Cuáles son los objetivos que se marcan a la hora de realizar este tipo de acciones?
Precisamente pretendo no marcarme ninguno. ¿Cómo puede depender de mí un objetivo cuando es solo el propio interesado quien tiene la llave para lograrlo?
Es solamente a través de una experiencia interna, cuando puede lograrse un cambio en la manera de gestionar las situaciones de la vida, las mismas que se nos van a ir repitiendo una y otra vez hasta que sean realmente atendidas.
Básicamente en los talleres procuro generar un espacio de seguridad y confianza, mediante la propuesta de ciertas dinámicas, a fin de que se pueda dar la posibilidad de descubrir esos aspectos de la personalidad que nos limitan o hacen sufrir. En definitiva, intentar hacer consciente lo inconsciente…

–Un sindicato policial, hace ya unos años, publicó que una gran parte de la policía de melilla, en especial la dedicada a la frontera, sufría el «síndrome del quemado» ¿cómo está la situación en la actualidad?
Para responder a esta pregunta le remito a una investigación realizada por el Doctor Solano Galvis (Psicólogo Clínico de la Universidad de Granada), en la que realizó una riguroso trabajo científico con inmigrantes, población civil y Fuerzas de Seguridad, implicados en la problemática de la presión migratoria (artículo pendiente de publicación) y que aportará datos muy interesantes, como es el grado de resiliencia de las partes implicadas, entre otros.
Le contaré una anécdota en este sentido que me llamó la atención y fue con motivo de la visita hace un par de años a nuestra ciudad del primer Monje Zen Español, Maestro Dokusho Villalba (Utrera, Sevilla), que tras una breve siesta antes de la conferencia (como buen andaluz), nos dijo que había sentido intensamente durante su sueño e incluso lo había despertado, la presión de quienes acechan para intentar cruzar la valla, así como de sus habitantes.
Es una obviedad el efecto jaula y eso tiene que tener una repercusión en la salud física y emocional. Te das cuenta a poco que tengas cierta sensibilidad en este sentido.

–¿Quiénes pueden participar en estos cursos? ¿Por qué se ha elegido la policía para una formación de este tipo?
Preferentemente tenían prioridad los funcionarios del sindicato organizador (CEP), si bien hemos reservado plazas para el resto de organismos e incluso personal civil que estuviera interesado en este tema.
Un total de 25 asistentes han pasado durante los cuatro encuentros en que consistía el curso. La media ha sido de 10 alumnos por taller.
En mi media trayectoria profesional, he vivido situaciones estresantes en los diferentes destinos por lo que he pasado, sé de los efectos del estrés en esta profesión y de lo necesario de saber contrarrestarlo, de ahí surgió la idea de este proyecto.
Estamos en trámites con las sedes sindicales de Málaga y Almería para ofrecer el curso a los compañeros de la península. Por cierto, está usted invitado para los proyectos del próximo año, porque «quien esté libre del estrés, que tire la primera piedra…»

–En resumen, ¿en qué consisten sus clases?
Yo no doy clases, lo que sí imparto son talleres y como su nombre indica, quien decide entrar a un taller es para trabajar. No es un curso meramente teórico, se dedica una parte al mindfulness (meditación) y otra al conocimiento de sí mismo, en la que se requiere un trabajo por parte de los presentes. Digamos que se basa principalmente en la experiencia de lo que está sucediendo en el momento presente.
El curso se compone de 4 talleres relacionados entre sí, cuyo fin es que a través de ciertas dinámicas, los participantes puedan llegar a darse cuenta de aspectos negados de su personalidad, que lo alejan de sentir las situaciones de la vida tal cual son. Evitar sentir es lo que nos mata…
No se pretende que los asistentes a estos cursos salgan iluminados, pero sí que pueda ser un punto de partida o se les habrá una pequeña ventana por donde continuar el «trabajo sobre sí mismos», como proponía Gurdjieff.
Ya lo decía Tales de Mileto, «Lo más difícil del mundo es conocerse a uno mismo…»

–Usted, además de policía, ha sido un gran deportista, como jugador de voleibol ¿eso le ha ayudado para formar a sus compañeros? –Usted, además de policía, ha sido un gran deportista, como jugador de voleibol ¿eso le ha ayudado para formar a sus compañeros?

Gracias por el cumplido, pues sin duda fue mi gran aliado en un momento importante como resultó ser la adolescencia. En esa etapa en que no tienes nada claro por dónde tirar, ni tampoco mucha idea de que va el mundo, el deporte fue la motivación que dio sentido a mi vida y claro que influyó en quien soy actualmente. Los valores de cada práctica deportiva están ahí, flotando en el ambiente, ya es cuestión de que cada deportista los quiera o pueda integrar. En mi caso solo puedo mostrar agradecimiento al deporte en general. Si pudiera dar un consejo en este sentido, diría a los jóvenes que elijan el deporte que les vaya a favorecer desarrollar la mejor versión de sí mismos. En ocasiones esta elección viene impuesta desde fuera, anhelos o expectativas no cumplidas por los padres, etc. No fue mi caso.

–Melilla tiene unas circunstancias especiales y singulares por su ubicación geográfico ¿el grado de estrés que se sufre en Melilla es similar al que se puede sufrir en el resto del país?
Creo que el nivel de estrés depende en gran medida de los recursos que se disponga a la hora de afrontar las diversas situaciones de la vida.
Evidentemente influyen las circunstancias externas, pero no son determinantes en la mayoría de los casos. La disminución del estrés no va solo en la dirección de que cambien los factores externos que los produce, sino mas bien, en cambiar la manera que tengo yo de relacionarme con dichos factores, de eso sí que tenemos el control absoluto.

–¿Cómo llevan los agentes la conciliación laboral y familiar? ¿Es Melilla una buena ciudad para ejercer de policía?
Es un tema complejo, en mi opinión creo que actualmente aún queda bastante trabajo por hacer en este sentido, la incorporación al mercado laboral de ambas figuras parentales ha tenido una repercusión en el seno familiar. Falta calor en los hogares y sobra tecnología.
Es evidente, hay que trabajar un número determinado de horas, las mismas que inevitablemente le privamos a la familia.
Tomar conciencia de este hecho es prioridad y replantearse de lo necesario de tal sacrificio.
En Melilla, la distancia es un elemento que juega a favor, pero no soluciona la problemática, todos andamos a carajo sacado, sin tiempo y acumulando estrés, culpando al sistema y a su vez retroalimentándolo.
Es prioritario un cambio de conciencia individual, no podemos seguir comportándonos como máquinas, movidas únicamente por inercia, debemos cuestionarnos quiénes somos realmente y cuál es nuestra verdadera misión en esto que llamamos vida.
«Cambiar la educación para cambiar el mundo» lema de Claudio Naranjo, reconocido Maestro espiritual de este siglo y nominado a premio Nobel de la Paz en 2015.

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Mustafa Hamed

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