Una treintena de homosexuales marroquíes han tomado medidas para solicitar asilo político en nuestra ciudad.
Estos demandantes de asilo, entre los cuales también hay mujeres, se encuentran alojados en el CETI, y piden el asilo alegando que corren peligro en Marruecos debido a su orientación sexual.
Las primeras solicitudes de asilo de este tipo datan de 2013, cuando un hombre que había sido amenazado de muerte en Marruecos por sus parientes realizó una solicitud de asilo político, que posteriormente fue aceptada.
La situación de los homosexuales en Marruecos es uno de los temas más recurrentes cuando se habla de la falta de garantías en materia de Derechos Humanos en el país vecino. Según el artículo 489 del Código Penal de Marruecos, la práctica de relaciones homosexuales -”relaciones antinaturales”- se castiga con una pena de seis meses a tres años de prisión y con una multa de 200 a 1,000 dirhams.
A esta penalización institucional de la orientación sexual, que no tiene visos de cambiar debido a que sigue tratándose de un tema tabú en Marruecos, se suma el gran rechazo social que la homosexualidad sigue suscitando entre la sociedad marroquí, muy tradicional y muy marcada por la retórica religiosa, que penaliza y repudia esta opción. Cabe recordar que, este mismo verano, una madre de Arekmane (Nador) denunció a su propio hijo ante la Gendarmería tras “sorprenderlo” con su amante.
