En general, los jugadores del decano defendieron bien y concentrados, aunque en parte del segundo y del tercer cuarto les costó evitar los lanzamientos liberados y el rebote, pero nunca perdieron el orden, y cuando consiguieron equlibrar esas facetas volvieron a ser mejores que sus rivales. El Melilla Baloncesto nunca le perdió la cara al partido y en los momentos de mayor desacierto tiró de trabajo grupal para impedir que el Manresa se distanciara. Pero al final, una vez se recuperaron las sensaciones, lo que decidió fue su enorme puntería con un tramo final demoledor desde la línea de 6’75. La guinda la puso Dani Rodríguez desde la larga distancia con una precisión quirúrjica.
Emocionante victoria a domicilio de un Melilla Baloncesto que durante los tres primeros cuartos tuvo enormes problemas en el lanzamiento pero que, sin embargo, en el último acto se descolgó anotando el doble de la media lograda anteriormente para culminar el triunfo con una remontada espectacular en los últimos minutos, merced a un parcial demoledor de 0-14 (69-77).
En los primeros compases ninguno de los dos equipos tuvo acierto en el tiro y tampoco conseguían anotar desde la ‘pintura’ hasta superado el minuto tres. Ambos conjuntos se jugaron bastantes triples en el inicio, pero solo el local Allen y el visitante Almazán, anotando dos rápidos, tuvieron puntería. El primero para el 2-3 y el segundo para el 7-8 en el minuto cinco. Acto seguido, dos despistes defensidos graves de los locales dieron lugar a dos canastas fáciles bajo aro de Javi Lucas, mate incluido, obligando al tiempo muerto de su banquillo, 7-12. De vuelta a la pista el juego se aceleró, hubo carreras y algún ‘coast to coast’ rojillo, aunque no se olvidaron igualmente de tirar más y más desde la línea de 6’75, pero esta vez sin suerte alguna.
El ritmo algo alocado no trajo consigo mejor baloncesto y tampoco un cuarto de más puntos. Al final 13-16, tras verse una máxima de 9-16.
El decano había dominado el rebote en el primer acto pero, pese a disfrutar de más de opciones extras, su pobre porcentaje de acierto lo había penalizado en el final del primero y en el comienzo de este segundo. Kapelan puso fin a una sequía de casi cinco minutos sin anotar evitando así la remontada local, lo hizo con una gran canasta para seguidamente anotar un triple vital. No obstante, otra de tres, pero del local Lluis Costa, y un dos más uno de su compañero Nacho Martín igualaban el marcador, 25-25 en el ecuador del cuarto. El duelo se tensó, se vieron entonces numerosos errores y en los siguientes dos minutos no hubo canastas, hasta que el Manresa encestó para ponerse arriba después de muchos minutos. Los catalanes sacaban partido al rebote ofensivo y, aunque Kapelan volvió a anotar de tres, los azulones alcanzaron el túnel de vestuarios por debajo en el luminoso, un 35-32 que suponía la máxima manresana hasta entonces.
Agotado el descanso el reinicio arrancaba con una técnica al local Hamilton no aprovechada del todo. Al Melilla Baloncesto le costaba anotar pero con esfuerzo igualó a 37. Costa respondió con un triple y de nuevo el descontrol se apoderó del duelo, con los dos tirando demasiado de tres sin acierto. El cronómetro voló sin que se vieran puntos, hasta que una vistosa chapa de Hamilton sobre Djuran dio paso a otra de tres de Costa que junto a un tiro liberado de Lundberg suponían una nueva máxima, 45-37 superado el cinco, produciéndose otro tiempo muerto de los visitantes.
De vuelta a la cancha los melillenses buscaron en ataque elaborar más y al principio Guerra dio salida con éxito a su faceta de asistente, pero después el pobre porcentaje en el lanzamiento les siguió penalizando y, además, en defensa a los de Alcoba les costó mucho cerrar su aro, máxime con la amenaza de Costa en el exterior, por lo que siguió cediendo demasiado en esa zona tan importante. Al final, 51-47.
Un primer minuto sin reacción visitante y pleno de fallos en el tiro, más un triple del local Álvaro Muñoz levantaban a la grada, 56-47. El momento se antojaba clave para los catalanes, pero Samb también debió verlo así porque en segundos respondió de igual manera enmudeciendo al ‘Nou Congost’. El Melilla Baloncesto al completo se revolvió entonces y, en un visto y no visto, Kapelan anotaba dos más seguidos para empatar, 56-56 a falta de 6’ y tiempo muerto local. De regreso a la pista el local Hamilton logró él solito un parcial de 5-0 que devolvió a los jugadores al banquillo, pero de vuelta al juego Hamilton era protagonista con un despiste y una antideportiva que terminaban con tiro libre anotado y posesión con triple para un parcial de 0-8 que remontaba el resultado, 61-64 a falta de tres y tiempo muerto local.
En el siguiente minuto Guerra le buscó las cosquillas a Martín, pero quien decidió todo por la vía rápida fue Dani Rodríguez con dos nuevos triples consecutivos, el segundo desde ocho metros, que dejaron todo listo para sentencia con el 61-70 para un parcial final de 0-14 y minuto y medio por delante. De ahí a la conclusión, el decano lo hizo fácil y acabó ganando por 69-77.
Aleix Durán: «El Melilla Baloncesto nos neutralizó”
Aleix Durán, técnico del Manresa, lamentaba la derrota de su equipo. “Hicimos bastantes cosas bien pero fallamos en los momentos decisivos. El Melilla Baloncesto hizo un partido muy serio, supo neutralizar nuestras virtudes y no podimos jugar como a nosotros nos gusta. Es una derrota que nos duele porque habíamos trabajado bien, pero en esta oportunidad no tuvimos el acierto de otros encuentros. Con todo, con un poco de suerte podríamos haber ganado”, aseguró el entrenador del conjunto manresano.
Alejandro Alcoba: “La victoria es muy valiosa y de gran importancia”
Alejandro Alcoba, entrenador del Melilla Baloncesto, mostró su felicidad por la victoria pero también su “satisfacción” por el trabajo hecho por sus jugadores. El preparador de los melillenses desveló que el equipo había trabajado a conciencia el partido durante la semana “porque sabíamos de la complejidad de ganar en Manresa, en esta pista tan complicada”. Por todo ello, “la victoria es muy valiosa e importante”.
Alcoba analizó el choque diciendo que “empezamos bien sin permitir al rival que tuviera una buena selección de tiro” y eso lo veía decisivo.
