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Le piden 22 meses de prisión por agredir e intentar robar el móvil a una joven

Según el relato de la Fiscalía, la víctima se encontraba sacando a su perro el pasado miércoles 14, sobre las nueve de la noche, por la calle Álvaro de Bazán, cuando el acusado le quitó el móvil de un tirón. La chica, lejos de resignarse, agarró al acusado de la capucha y comenzó a forcejear con él, sufriendo golpes y siendo derribada. En este momento intervino un joven que por allí pasaba y que consiguió no sólo quitar al acusado de encima de la víctima, sino también darle alcance y retenerlo hasta la llegada de la policía. El acusado declaró no recordar nada por haber estado “muy borracho” y la Fiscalía pidió para el un total de 22 meses de prisión y 900 euros de multa. El pasado miércoles 14 de marzo, sobre las nueve de la noche, una joven se encontraba paseando a su perro por la calle Álvaro de Bazán cuando, al cruzarse con el acusado, éste le pegó un tirón del móvil y aceleró el paso.
La víctima del robo, lejos de echarse atrás, se giró rápidamente y cogió al acusado por la capucha para evitar que huyera con el teléfono. El individuo, al verse agarrado, comenzó a forcejear con la víctima, propinándole un fuerte codazo en la boca y derribándola.
A continuación, el acusado se habría echado encima de la chica, propinándole más golpes, hasta que un joven que pasaba por allí intervino empujándole y “quitándoselo de encima” -según declaró-, para después salir corriendo detrás de él e interceptarlo, reteniéndolo hasta la llegada de los agentes de policía que finalmente detuvieron al acusado.
La joven, que tras la intervención del chico en su ayuda abandonó el lugar para salir corriendo en busca de su perro -que se había escapado-, recuperó su teléfono intacto al regresar al lugar donde varios vecinos retenían al acusado.
El acusado, un ciudadano marroquí residente en el CETI desde hace 4 años (en proceso de petición de asilo) y sin antecedentes penales, manifestó, previa participación del intérprete de los juzgados, que no había hecho nada y que no recordaba nada de lo ocurrido.
El acusado alegó encontrarse, en el momento de los hechos, en un profundo estado de embriaguez y, además declaró haber consumido también “kifi” (una preparación de cannabis). El acusado llegó a manifestar haber consumido hasta “35 latas de cerveza” y negó su implicación en los hechos pese a ser reconocido “sin género de dudas” tanto por la víctima como por el testigo que intervino en su ayuda.
El Ministerio Fiscal interesó para el acusado la imposición de una pena de 22 meses de prisión por un delito de robo con violencia en grado de tentativa, más el pago de una multa de 900 euros por un delito de lesiones leve y 175 euros a la víctima en concepto de indemnización por la agresión sufrida. Así mismo, el Ministerio Público, pese a no constarle al acusado antecedentes, se opuso a la suspensión de su condena “dada la violencia empleada”. Según las conclusiones de la fiscal, no resulta relevante si el acusado bebió o no, toda vez que “tuvo los reflejos suficientes y estaba lo suficientemente consciente como para pegar un tirón del móvil y echar a correr”, sentenció.
La defensa, por su parte, sostuvo que el acusado no podía ser considerado legalmente responsable de los hechos delictivos que se le imputan, ya que e”staba ebrio y no era consciente de lo que hacía”.
El acusado quiso destacar, haciendo uso de la última palabra, que en sus 4 años en Melilla nunca había cometido delito alguno.

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Fernando Lamas Moreno

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