La Guardia Civil destapó hace ya cinco años una trama de compraventa de bebés marroquíes que había permanecido oculta más de 40 años y que podría afectar a más de medio centenar de personas. Según publica el diario “El Mundo”, algunos de estos “niños robados” que entraban a España por Melilla, traídos desde hospitales de Nador y Oujda, han emprendido la búsqueda de sus progenitores, una vuelta a sus orígenes biológicos, con más o menos éxito. Melilla fue, durante principios de los 80, uno de los principales focos de venta de niños robados de nuestro país, aunque los responsables de la trama no pagarán por ello, ya que han fallecido o son ancianos.
Melilla fue durante los años 80 uno de los principales puntso de compra de “niños robados”.
Según recopila el diario “El Mundo”, los niños, nacidos en el Hospital “El Hassani” de Nador o en Oujda, eran apartados de sus madres nada más nacer; el personal sanitario se encargaba de decir a la madre que su hijo había muerto en el paritorio, mientras que posteriormente funcionarios marroquíes se encargaban de falsificar los papeles de nacimiento. Un intermediario era el encargado de llevar el niño robado hasta los brazos de su nueva familia a través de Melilla.
Según el diario “El Mundo” una mujer española, llamada Fátima Manuch, se encargaba de pagar a las sanitarias para que secuestraran a los recién nacidos y así venderlos a familias españolas.
Vuelta a los orígenes
El diario “El Mundo” recoge las declaraciones de uno de esos niños robados, originarios de Nador, que ha decidido emprender un viaje en busca de sus raíces para conocer a su familia biológica y con el objetivo de decirle a su madre que su hijo no murió en el parto: “Yo sabía que era un niño adoptado en Melilla, mis padres me lo dijeron cuando era pequeño. Algo no cuadraba por mis rasgos oscuros. No les quedó más remedio que confesarlo. Fue un trauma que ya pasé. Pero cuando vi este caso en las noticias, y que los años de los bebés robados y comprados coincidían con mi nacimiento, le pregunté a mi madre […] me reconoció que habían pagado por mí. Durante este tiempo […] siempre me ha quedado la curiosidad de conocer mis orígenes. Y lo más importante, encontrar a la mujer que me llevó en su vientre y decirle que su hijo no murió hace 39 años en aquel hospital”.
Tras “levantar la liebre” muchos de estos “niños robados” han tratado de encontrar a sus padres biológicos en la región, algunos con más éxito que otros, siendo todos víctimas de una trama que quedará sin castigo.
Una red oculta durante más de 40 años
Hace cinco años la Guardia Civil de nuestra ciudad destapó una trama de tráfico de bebés que había operado entre 1979 y 1984 en Melilla, manteniéndose oculta durante 43 años en la ciudad autónoma y en el norte de Marruecos. La “Operación Oculta” de la Guardia Civil implicó a 31 personas en la trama e identificó a 28 bebés (la cifra podría superar la cincuentena) procedentes de Melilla y el norte de Marruecos que fueron vendidos en estos años a parejas españolas que anhelaban tener un hijo. A pesar de la investigación de la Benemérita, no se produjo ninguna detención porque las imputadas (monjas, enfermeras, comadronas, intermediarias, etc) eran muy mayores o ya habían fallecido.
La organización captaba mujeres gestantes, especialmente de colectivos desfavorecidos, en el norte de Marruecos, y sus líderes eran un matrimonio de Ontinyent (Alicante) que captaba a parejas con problemas de fertilidad en busca de un hijo.
