El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, afirmó ayer que la institución que dirige actualmente en funciones no es partidaria de las situaciones de “violencia, agresividad y violencia” que generan las concertinas de la valla fronteriza de Melilla, así como de las devoluciones automáticas de inmigrantes, conocidas como devoluciones en caliente. A preguntas de los periodistas en el primer día de su visita a Melilla, Fernández Marugán recordó que en este organismo verían “con muy buen criterio” que las concertinas “se levantasen”, como ya ha anunciado el Ministerio del Interior que está estudiando.
En este sentido, señaló que también acogerán de manera positiva si el resultado del estudio del Ministerio del Interior conduce a la supresión de este tipo de elementos de contención en las vallas fronterizas entre España y Marruecos en Melilla y Ceuta, algo de lo que se mostró seguro, ya que son elementos “de una crueldad extraordinaria”.
Las devoluciones de inmigrantes
Francisco Fernández Marugán también se pronunció acerca de las devoluciones en caliente, una medida sobre la que el Defensor del Pueblo mantiene “un criterio mantenido en el tiempo” desde 2005, año en que se produjo la primera crisis de las vallas, y desde entonces lo ha defendido “delante de los equipos de Interior”.
“No somos partidarios de las devoluciones en caliente, creemos que se tiene que producir a través de procedimientos reglados”, explicó el Defensor del Pueblo sobre el rechazo de inmigrantes que intentan llegar a territorio español a través de Ceuta y de Melilla, medida que fue incluida en la Ley de Extranjería en 2015.
Además de lo que manifestó Fernández Marugán en rueda de prensa, la institución que dirige recordó en una nota de prensa que en aquel momento, el Defensor del Pueblo formuló recomendaciones para que la figura del rechazo en frontera que establecía la ley respetara la jurisprudencia del Tribunal Constitucional y la normativa internacional.
Así, recomendó que siempre que se produzca un rechazo en frontera se dicte una resolución administrativa, con asistencia letrada y de intérprete e indicación de los recursos que se puedan interponer contra ella, y que el extranjero recibiera información sobre protección internacional, verificando la posibilidad de acogerse a ella, que no es menor de edad o posible víctima de trata de seres humanos.
Sin embargo, estas recomendaciones fueron rechazadas, recuerda el Defensor del Pueblo, que considera que en África se está produciendo un “efecto expulsión” de unos países en los que “existen unas condiciones de vida insoportables”, por lo que “es lógico que quieran venir como sea a esta parte del mundo para intentar tener una vida digna.
En su opinión, para afrontar esta situación “no vale solamente con el control de fronteras, pieza muy importante, pero no única”, por lo que reclama “voluntad política, una dotación de recursos suficientes, una colaboración institucional y social imprescindible y ciertos cambios legislativos”.
Recabará el punto de vista de los agentes sociales para “enriquecer la percepción de lo que ocurre en Melilla”
El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, inició ayer una visita de dos días a Melilla, en la que dedicó el primer día a hacer un recorrido por el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI). Además, fue recibido por la delegada del Gobierno, Sabrina Moh, mientras que en la jornada de hoy recorrerá la frontera y se reunirá con el presidente melillense, Juan José Imbroda.
Se trata de la tercera visita de Fernández Marugán desde 2015, en la que avanzó su intención de “enriquecer la percepción de lo que ocurre en Melilla” recabando el punto de vista no solo de las autoridades y las fuerzas de seguridad, como ha hecho otras veces, sino también el de los agentes sociales, para lo que se entrevistará con varias ONG. Concretamente, las Religiosas Apostólicas, la Cruz Roja, Melilla Acoge, Prodein y el Servicio Jesuita de Migraciones.
