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Columna Sanitaria

Tengo gente dentro

Magnífica definición de un niño de entre dos y tres años de lo que era aquello que le pasaba en ese momento en el que me dijo, ¡Papá, tengo gente dentro! Viendo cómo señalaba el pecho y su manera de respirar cogí mi fonendo y conocí a su gente, que no era otra que el enorme ruido y piterío que produce nada más y nada menos que el ASMA Bronquial, que va a etiquetar nuestra Columna Sanitaria de hoy.

Como enfermedad, el Asma ha sido tratada desde las más Antiguas Civilizaciones como Egipto, China, La India y las Culturas Asirio-Babilónicas. Se consideró en un principio como enfermedad de origen sobrenatural o como castigo divino, por lo que la mayor parte de las recetas de aquellas épocas incluían sacrificios, exorcismos y oraciones. Desde entonces estos enfermos han ido ahogándose hasta nuestros días, cada vez menos y con menor intensidad gracias al mayor y mejor cuidado y control sanitario.

El Asma bronquial es una enfermedad en la que, por diferentes causas, se inflaman las vías aéreas y los bronquios y esto se traduce en una inflamación de sus paredes con estrechamiento de su luz o calibre lo que conlleva dificultad para respirar junto con pitos y en ocasiones con sensación de peso en el pecho. El Asma es muy frecuente en la Infancia, doblemente mayor en niños que en niñas; afecta al 3-7 % de los adultos y tras la infancia, afecta por igual a ambos sexos.

Hay varios tipos de asma. El Asma Extrínseco se inicia en edades tempranas, los enfermos tienen antecedentes de alergias y existe en ellos un componente hereditario claro. El Asma Intrínseco se inicia en mayores de 35 años, carecen de antecedentes hereditarios y no está relacionado con las alergias.

El asma puede cursar en forma de Crisis más o menos espaciadas entre ellas o bien como asma Persistente o crónica; esta forma es más frecuente si el asma aparece por primera vez en adultos. Las Crisis se caracterizan por su aparición brusca con Disnea (sensación de ahogo), Sibilancias (pitos al respirar), tos seca sin expectoración y en casos severos con Cianosis (color azulado en labios), junto con sensación de peso en el pecho.

Muchos de los casos de comienzo en la infancia, desaparecen en la adolescencia. En otros, las crisis se mantienen y se controlan con medicación y algunos empeoran, produciéndose infecciones respiratorias de repetición que pueden cronificar el asma.

Para su correcto diagnóstico y tratamiento acudiremos al Pediatra o al Médico de Atención Primaria que ordenará las exploraciones instrumentales o de laboratorio, pertinentes y en los casos que crea necesarios derivará al enfermo al Neumólogo.

Como en todas las enfermedades la Prevención es básica y en esta más, diría yo, y abarcaría a una buena ventilación de la casa diariamente, mantenerla limpia, eliminar los reservorios de polvo como son las cortinas, alfombras, peluches, animales como perros, gatos, conejos, hámsteres cuyos pelos pueden desencadenar crisis de causa alérgica. Huir de lugares cargados de humos y mal ventilados y de vapores irritantes, uso de mascarillas en casos de calima y desensibilización con vacunas en casos de alergias responsables.

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