La Junta de Andalucía y la Ciudad Autónoma de Melilla mostraron ayer su interés en trabajar y colaborar ante el problema de los menores extranjeros no acompañados (MENA) y criticaron la postura del Gobierno central en este asunto, al que el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, acusó de hacer una “dejación de funciones” en este asunto migratorio. A preguntas de los periodistas, Moreno anunció que distintos consejeros de su Gobierno viajarán a Melilla para trabajar en este asunto desde punto de vista técnico, administrativo e institucional, pero siempre dentro de su espacio competencial. En este sentido, puntualizó que esto es una competencia del Estado y la Junta de Andalucía solo asume a menores no acompañados, algo que dijo “con tristeza”, ya que considera que “ha habido una dejación de funciones por parte del Gobierno de la Nación, el cual “no puede abdicar de sus responsabilidades” y dejar a las autonomías “sin ningún tipo de acuerdos, convenios y reforzamiento”.
Esto provoca que Andalucía tenga que hacer frente con sus propios recursos al “reto casi imposible de asumir decenas, cientos, y a veces miles de jóvenes no acompañados que requieren de un tratamiento muy especial”, razón por la que le pidió al Gobierno “responsabilidad, sentido de Estado y colaboración leal”, algo que cree que no ha tenido con Andalucía, creando “un problema importantísimo”.
Tomar cartas en el asunto
El presidente del Gobierno de Melilla, Juan José Imbroda, se mostró de acuerdo con Moreno y dejó claro que la Administración central “tiene que tomar cartas en el asunto de manera decidida” legislando o llegando a acuerdos de solidaridad y colaboración con las comunidades y ciudades autónomas.
Imbroda subrayó que el problema de los MENA es “más intenso” en Melilla que en otros lugares de España, ya que tiene acogidos a cerca de un millar de menores en una ciudad de 13 kilómetros cuadrados.
“Estamos muy mal”, afirmó el presidente melillense antes de reprochar al Gobierno que pretenda solucionar el problema “haciendo apelaciones a la solidaridad”, por lo que instó a terminar con esa postura basada en “mensajes de buenismo, darse la vuelta y dejar el problema a los demás”, como a su juicio hizo el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el pasado día 2 en su visita a la ciudad.
“Buenismos para la foto, los necesarios. Usted tiene que trabajar y tomar medidas”, reclamó Imbroda al Gobierno central, al que propuso que legisle para que la Administración central pueda tomar cartas en el asunto y colaborar mejor, o bien promueva una buena colaboración “leal” basándose en “unos convenios justos y solidarios para todos”.
Advirtió de que, si no se aborda el problema de esta manera, el problema seguirá existiendo y acrecentándose, ya que se trata de “un fenómeno nuevo que va a ir a más”, como ya ocurrió con la inmigración a finales de los años 90.
Imbroda cree que al Gobierno le falta decisión en este problema y evidencia que “está lejos” de él, e insistió en que “si no se quieren dar cuenta de que es un fenómeno migratorio, están equivocados y están haciendo daño a esos menores y al resto de España”.
Asimismo, ofreció a la Junta de Andalucía la ayuda de la Ciudad Autónoma de Melilla en este asunto, sobre el que tiene “mucha experiencia que se puede compartir”.
