Alguien dijo: “Señores estamos todos” y alguien respondió: “falta Paco”.
Ayer a las cinco de la tarde tus compañeros, tus amigos se reunían para comenzar el campeonato de Melilla de colombicultura, de palomos deportivos, pero faltaban los palomos con un ala roja y otra azul, faltaban tus palomos, faltabas tú. Después de muchos años empezábamos un campeonato sin ti. Ayer salían a volar 100 palomos y ninguno tuyo … se te echaba de menos en tus comentarios y en los silencios, en tus sabias palabras, ayer, no teníamos a nadie que nos aclarara si el viento venía de levante o de poniente…. Llegabais en tu coche verde, Baltasar y tú, nuestros dos patriarca, ¡Qué solo se queda Balta!!!, los dos entrañables, entre los dos atesorabais el valor de los palomeros antiguos, el pundonor de los que disfrutan de nuestro deporte, los recuerdos de aquellas tardes de palomos, cuando el Romi, el Uglito, el Sandalio, el Gato y otros muchos. hacían faena memorable, recorriendo la ciudad de norte a sur para volver con su paloma amada.
Pues tuvo que ser ayer cuando, a la vez que los cien palomos, nuestro amigo Paco elevaba, junto a ellos, su vuelo, como las palomas jóvenes de cruce mensajero, hasta las nubes y más allá, se encampanó como decimos los palomistas . En la fortuna de haber disfrutado de su vida cada día, una vida llena de vida: a los palomos su gran afición, a la Bocana a por navajas, al dique a por cañaillas, al Gurugú a por setas, a la presa por caracoles, a pescar a por los mejores meros,…. disfrutó de la vida.
Pilar, tu esposa, tus hijos , a quienes mandamos nuestro mayor cariño, ellos siempre entendieron que tu afición era tal, que tendrían que compartirte con tu otra familia la de los palomos.
Se me amontonan los recuerdos. Nos consuela la idea, quea mano derecha según se va al cielo en un palomarprivilegiado te espera tu amigo Juan Castillo y otros más (de los que nunca fallan), en un palomar que montaron para las buenas almas, y Juan te tiene guardada una parejita de las suyas, para seguir volando palomos juntos y por la tarde una partidita al dominó, o dos y si empatáis tres, como lo hacíamos en aquellas noches de verano, martes y jueves en el número uno de la calle Salamanca, que a partes iguales hablábamos de palomos que tomábamos un picoteo de cena que nos preparaban en tienda de la esquina, mientras jugábamos al dominó. La cena con lo que cada uno llevara suelto y los niños no pagan.
Guardarnos un sitio para que un día volvamos a volar juntos, te echaremos de menos. Tu experiencia, tu presencia, tu vitalidad…. Descanse en paz, nuestro amigo, palomista y mejor persona D. Francisco Martínez Salazar.
