El Balonmano Virgen de la Victoria vendió cara la derrota en la tarde de ayer ante el Cajasur, en un gran partido que se decidió en los instantes finales, cuando el conjunto cordobés aprovechó la exclusión del meta local Yunes. Hasta esos momentos, el partido estuvo muy igualado, pero las desafortunadas decisiones arbitrales terminaron por desquiciar al equipo melillense. Sin embargo, el equipo andaluz tuvo que sufrir para poder vencer en Melilla por el resultado de 17-22 y proclamarse campeón de forma matemática. En la primera mitad, el equipo que dirige Faisal Salmi completó un buen primer tiempo, manteniendo una ventaja de dos goles prácticamente casi hasta el descanso, cuando el Cajasur apretó el acelerador e igualó el choque a 7 tantos.
Los dos equipos mantuvieron una gran solidez defensiva, pero sobre todo los dos porteros cuajaron una sensacional actuación bajo palos, principalmente el meta Yunes en el Virgen de la Victoria, que detuvo dos máximas penas y atajó casi todo el peligro sobre sus inmediaciones.
La segunda mitad continuó por los mismos cauces hasta el minuto cincuenta, cuando el equipo visitante se aprovechó de las precipitaciones locales, producto del arbitraje anticasero que le terminó por desconcentrar, y el campeón fue incrementando las ventajas en el marcador, principalmente tras la exclusión del meta Yunes en el 53’, que dejó desguarnecida a la defensa melillense, máxime aún porque el conjunto melillense no tenía otro cambio en la portería, ya que David Enríquez se encontraba lesionado.
