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El tiempo no impidió que la Virgen de las Lágrimas saliera en paso sevillano arropada por cientos de melillenses

El Señor de Melilla realiza exultante su estación de penitencia el Miércoles Santo

El inicio de la salida procesional de Nuestro Padre Jesús Nazareno

A pesar del viento, y de las nubes bajas, Nuestro Padre Jesús Nazareno, el Señor de Melilla no faltó a su cita del Miércoles Santo con los varales llenos de hombres de trono que quisieron que el Señor de Melilla siguiera presente en la Semana Santa melillense como viene ocurriendo desde el año 1660. Momentos después, a un paso más corto y a ritmo de chicotás, la Virgen de las Lágrimas procesionó a paso sevillano ante la mirada de cientos de melillenses con una lazo en uno de sus varales, dedicado a todas las personas que ya no están con nosotros. El Miércoles Santo, indica la llegada de los días más importantes para los cristianos ya que está dedicado al perdón.

Nazareno y Lágrimas
Alejada la amenaza de lluvia, el Miércoles Santo no se libró de que cientos de melillenses se congregaran ante las puertas de la plaza de toros con un leve perfume de incienso para seguir disfrutando de la Semana Santa melillense. Fue el toque de corneta que marcaba a las ocho y cuarto de la tarde el que marcó el inicio de la salida procesional de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, la Virgen de las Lágrimas.

El público allí presente fijó sus ojos y su ilusión en la puerta principal de la mezquita del toreo, convertida en templo por una noche, para ver salir bajo los acordes del himno nacional, el trono del Señor de Melilla que estaba preparado para recorrer las calles de la ciudad un año más.

Los melillenses recibieron con aplausos la salida procesional de los santos titulares de la Real Cofradía y Hermandad Franciscana de Nuestro Padre Jesús Nazareno y María Santísima de los Dolores, la hermandad más antigua de la ciudad comandada por Francisca Muñoz.

El camino se inició con la Cruz de Guía, y segundos después el tres veces centenario Cristo Nazareno. De nuevo, el Señor de Melilla salió a la calle no en su trono tradicional que precisa de una necesaria restauración, sino en el adquirido con motivo del 350 aniversario de la primera salida procesional documentada, que le permite cumplir con su estación de penitencia con el paso malagueño. Los hombres de trono, en torno a unos 80, portaron al magnífico Nazareno acompañado por la Banda de Cornetas y Tambores de la Cofradía Nuestro Padre Jesús Nazareno que deleitaron a los melillenses con un repertorio muy completo de marchas procesionales.

Una vez el Cristo en la calle, de nuevo las miradas fijas en la Plaza de Toros para vislumbrar la aparición, a pasitos cortos, el ritmo que marca la cuadrilla del paso sevillano en el que se señorea la Virgen de las Lágrimas desde 2009. Este año estrenando cuatro nuevas jarras repleta de diferentes tipos de flores blancas como lirios, azucenas, conejitos o ruscus.

La cuadrilla de la Virgen, formada por 40 hombres, demostró con creces que lo vivido en la noche del Lunes Santo, con La Sentencia, no fue algo accidental, sino que la cadencia de los movimientos del paso van a un ritmo excepcional de las notas de la Banda de Música Ciudad de Melilla.

Pasadas las diez de la noche la Cruz de Guía y los tronos de los santos titulares de la Hermandad del Nazareno hicieron su aparición por la Avenida, donde recibieron el respeto y admiración de los allí congregados. En el recorrido oficial se incorporó el vicario episcopal, Eduardo Resa, que le dedicó una oración al Nazareno.

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Lorena Japon

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