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El equipo Azul logra ganar la bandeja de plata en los juegos anuales de La Salle

El equipo azul fue el ganador de estas olimpiadas

Una marea de alumnos de color azul y amarillo, del colegio La Salle, se ‘enfrentaban’ en los últimos juegos de su tradicional semana antes del acto de clausura en la Plaza de San Juan Bautista de la Salle. El resultado: los azules ganaron con una evidente diferencia de puntos. Así se daba fin a unos días en los que las clases del A compiten contra las del B, desde Infantil hasta tercero de ESO. Entre azules y amarillos también se pudo ver a adolescentes portando camisetas verdes, ya que es su último curso, dejan de lado participar en las competiciones para ocupar un lugar más importante en su última semana deportiva, ayudando y coordinando junto a los docentes a que todos los cursos realicen esta tradición centenaria del centro, por eso ambos colores se fusionan en el de sus camisetas. Las emociones estaban a flor de piel. Despedidas y ganas de saber los resultados finales de todas las competiciones invadían los ánimos de todos los alumnos del centro.
“El acto de clausura es un acto muy emotivo, ya que los alumnos de 4º de ESO se dan cuenta de que su paso por el colegio está acabando, además de que se revela finalmente todo lo conseguido durante estos días, que hasta última hora no se sabe porque en uno de los juegos puede dar un vuelco completo el marcador”, indicó el director del centro escolar melillense, Próspero Bassets.

Una tradición de La Salle
“Es una tradición que, incluso yo que tengo más de 50 años, he vivido. Es una semana en la que la competitividad pero también el compañerismo se fusionan en juegos y deporte”, confesó uno de los profesores allí presentes a este medio. “El significado y el valor sigue siendo el mismo, unir a todo un colegio en un ambiente festivo por la figura de nuestro patrón San Juan Bautista de la Salle y hacer que los niños tengan un respiro de las clases y las lecciones”, agregó.
Las carreras, los balones y los globos de agua invadían las pistas centrales para conseguir los últimos puntos entre Azules y Amarillos. De vez en cuando se veía animación y vitoreo en un lado, y al momento en el otro, lo que hacía que el espectador se hiciese una idea de cómo funcionaban esas olimpiadas y esas competiciones.
Pero lo que más llamaba la atención era que, a pesar de ser dos colores diferentes, a pesar de ser A y B, los niños competían sanamente, animándose unos a otros.
“Todos los alumnos saben que quien gana es La Salle, da igual el color de las camisetas al final”, mantuvo el director del centro. “Durante estos días todos han competido, incluidos padres y madres y profesores, por lo que se intenta realizar unas jornadas de convivencia, de cooperación y de buen ambiente. Realmente, eso es lo que verdaderamente importa”, añadió Bassets.

Emociones a flor de piel
La Plaza de San Juan Bautista de la Salle, en la que se erige una estatua en honor y representación del colegio que lidera frente a ella, se convirtió en el lugar de celebraciones de los últimos momentos de las olimpiadas de La Salle. Allí se descubriría el total de puntos conseguidos y se haría más evidente la convivencia y la amistad entre todos los cursos, que al fin y al cabo es lo que se ha intentado conseguir durante la realización de estas Olimpiadas. “Se ha conseguido y los niños lo han transmitido bastante bien esa idea, que no hay un único ganador. Esperemos que durante todos los años continúe este pensamiento y esta competitividad sana”, indicó el responsable del colegio.
Tras acabar el último juego, en el que algunos alumnos salieron con sus coloridas camisetas mojadas por la rotura de un globo de agua, los estudiantes del centro se organizaron en filas, por orden de cursos, desde los más pequeños, 1º de Primaria, hasta los más grandes, 4º de ESO. El primero de cada fila portaba el cartel que los identificaba, y a la par, al mismo paso, los niños comenzaron a salir del centro dirección a la plaza, con una de las canciones características de la escuela.

Acto de clausura
Daba comienzo así al acto más y menos esperado. Los familiares, amigos e incluso antiguos alumnos, esperaban alrededor de San Juan Bautista para dar la bienvenida a los estudiantes. Los resultados, en blanco, aguardaban a que el lugar se llenara de Amarillos por un lado y Azules por otro.
El ambiente festivo estaba asegurado, solo había que echar un vistazo a ambas partes para darse cuenta de la alegría que transmitían estudiantes y profesores.
En el centro de la Plaza, junto a la estatua, estaban dos docente, uno de ellos portando la bandeja de plata con los dos coloridos lazos que representaban ambas partes. Por otro lado, junto a los profesores, se encontraba el director del centro y el hermano de La Salle Crescencio Terrazas.
Todos ellos, con los alumnos y familiares presentes, dieron comienzo al acto de clausura dedicando unas palabras, en las que se felicitó la participación de los alumnos, y, después de esto, se entonó al unísono el himno de La Salle, compuesto, como indicó Bassets, por un melillense perteneciente a la entidad.

Un único ganador, La Salle
Tras rendir homenaje a la figura de San Juan Bautista, por fin se reveló los resultados, ganaron los Azules por alrededor de doscientos puntos de ventaja. Celebración entre los alumnos del A, frente a los del B, que a pesar de algunas caras largas por ‘haber perdido’, se vieron animados por los cánticos de los Azules que los animaban, el gesto fue correspondido, los del B, Amarillos, animaron con un ‘Azules’.
Finalmente, como gesto de entendimiento y de que, a pesar de llevar camisetas diferentes, de ser de diversas letras, de haber estado compitiendo durante varios días, a pesar de todo ello, se dan las manos como significado de que el verdadero ganador de las olimpiadas es La Salle, todo unido.

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Luisa Maria Sanchez Ballesteros

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