Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Logo de Melilla hoy

Los comerciantes del Mercado Central denuncian “una bajada del 50% de las ventas” en los meses de verano

Durante el verano, los clientes dejan de ir al Mercado Central, viendo escenas como esta

Los distintos comerciantes del Mercado Central denuncian que “las ganancias se reducen cerca de un 50%” durante estos meses de verano. Sin embargo, la escapada de los melillenses a distintos destinos vacacionales no es el único problema que destacan: Competencia, legal o ilegal, comodidad, aparcamiento, etc., son algunas de las cuestiones que detallan algunos de los comerciantes del Mercado Central de la Ciudad.

Es época de verano o época baja para los comerciantes. En estos meses, los vendedores de los distintos puestos del Mercado Central, ya sea de fruta o pescado, pasando por la carne y las especias, coinciden en el mismo punto: Se nota las vacaciones y con ellas, la bajada de ventas como consecuencia.
Una de las características de este centro público, es la gran afluencia de personas, entrando y saliendo, de sus dependencias, cargadas de bolsas con productos frescos.
Pero esa afluencia de clientela se está viendo afectada por la época estival, donde una gran parte de la ciudadanía decide coger un barco o un avión para marcharse de la Ciudad por unos días o “prefieren hacer las compras en supermercados grandes, donde todo lo tienen a mano, para no perder mucho tiempo y así aprovechar el día en la playa o en la piscina”, como apunta uno de los comerciantes que atiende a este medio.

¿Vacaciones o comodidad?
Tal vez, ese sea uno de los problemas, que cada vez más, Melilla va acogiendo a distintas marcas de supermercado que deciden instalarse en la Ciudad, trayendo novedades que, anteriormente, se podían conseguir en la península o teniendo paciencia y esperando a que el pedido llegase. Sin embargo, a pesar de esto, aún sigue habiendo un gran porcentaje de clientela que prefiere pasear por las distintos puestos del Mercado Central observando los productos frescos o acudiendo a su puesto de preferencia. Al menos, hace un mes atrás era así.
“Las vacaciones se notan, y es normal”, confiesa uno de los vendedores de fruta. “La gente decide marcharse el verano a ciudades de la península, y claro está, durante todo el año sí que vienen y compran, pero cuando se marchan en estos meses, lo lógico es que se note, pero bueno, eso es una mínima parte de todo, no es el único problema”.
Los vendedores, indistintamente de lo que ofrezcan al público, coinciden en que “las grandes superficies hacen bastante daño, porque aunque los ciudadanos adquieren productos con menos calidad que los nuestros, los tienen todos al alcance de la mano, preparados y sin casi tener que esperar, por lo que la comodidad también nos influye para mal a nosotros”, agregó el comerciante.
Sin embargo, los clientes asiduos al Mercado Central coinciden también, por su parte, en lo mismo: La calidad que se consigue en la plaza es muy difícil conseguir en un supermercado. “Vengo cada semana, para llevarme la compra general, y la verdad que la calidad del pescado o de la verdura y fruta no se encuentra en cualquier otro lugar”, detalla una clienta. “Es cierto que ahora en verano se nota que hay menos gente, pero personas como yo, que no se mueven de la Ciudad, no nos supone un problema venir aquí, quizás lo que más quebraderos de cabeza es aparcar, si no lo quieres meter en el parking o si está completo”, agrega.

Problemas añadidos
El tema del aparcamiento, no solo sale a relucir por parte de la clienta, el mismo vendedor de pescado lo destaca también. “Los clientes se quejan de que el aparcamiento está difícil, pero bueno, eso es uno de los problemas más pequeños que tenemos; hay otros más gordos”.
La competencia se nota en ocasiones, y en verano quizás más, o eso apunta con su relato del porqué esta situación uno de los carniceros del Mercado. “Antes, cuando la gente hacía planes de moraga en las playas o de pinchitadas en ‘Los Pinos’ se preparaban con anterioridad y quizás venían el sábado para llevarse la carne el domingo; si hacía bueno se consumía, si no se congelaba y no pasaba nada. Ahora todo eso ha cambiado bastante y en meses de verano pues también se nota a la hora de hacer caja”.
El vendedor indica que, en la actualidad, en la Ciudad de Melilla “hay negocios que abren los domingos y venden carne, porque tienen unas licencias de venta que están predeterminadas por los metros cuadrados y ¿qué es lo que pasa? que las personas que quieren hacer un plan de este tipo compran en el mismo día, lo que a nosotros, los vendedores del mercado, nos puede perjudicar”.
Eso sí, el comerciante lo tiene claro al asegurar que “aún quedan clientes fijos, que saben la calidad que vendes y lo que ofrecer y continúan confiando en ti, a pesar de que el sector se esté fragmentando a causa de las superficies”.
Los comerciantes del Mercado Central de la Ciudad esperan con ansias el regreso de vacaciones, que para algunos supone una vuelta a la rutina y para otros supone un incremento de ventas después de un verano en el que las ganancias se reducen a cerca de la mitad de lo que se obtiene en cualquier otro mes, sin contar fechas puntas como son las festividades de las distintas culturas de la Ciudad.

“Continuamos con el mismo problema de la venta ilegal, pero ahora hay que añadirle el tema de la aduana”

Las ventas en época estival se reducen considerablemente, solo hay que acercarse al Mercado Central para comprobar cómo el número de clientes se ha reducido en cuestión de semanas. Pero para los pescaderos, esto es solo un problema más dentro de “los que ya tenemos todos los días del año”.
Los vendedores denuncian que “no podemos seguir con esta situación de venta ilegal que se produce en las calles de alrededor del Mercado”. Primero, alegan que esta actividad ilegal “pone en riesgo la salud de la gente que adquiere esos productos, porque a saber en qué condiciones los tienen”. Después, indican que “no parece reducirse, seguimos en la misma situación o casi peor”.
Pero además de todo esto, añaden que “el tema de la aduana y la frontera también nos está afectando, puesto que nos retrasa a la hora de exponer nuestra mercancía y encarece los costes, por lo que las ganancias son muy bajas”. “Hay días en los que la mitad del pescado no se vende, y eso, al fin y al cabo, supone unas pérdidas considerables, de más del 50%”, agrega.

Loading

Luisa Maria Sanchez Ballesteros

Más información

Scroll al inicio

¿Todavía no eres Premium?

Disfruta de todas
las ventajas de ser
Premium por 1€