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El Torreón del Vigía

La trituradora, el escalón y la mano

Apartarse, a veces, te hace que te salgas del ojo del huracán. No es una huida, es poner distancia entre aguas que, agitadas por intereses, bajan revueltas. El aburrimiento trae como consecuencia alargar la lengua para con ella liquidar a otro. Dicen que mata mas que las pistolas pero quienes la mueven se destruyen por dentro. Cuando la desmemoria se impone, lo justo deja de serlo y el abismo espera. La revista de “EL Mundo”, “Yo Dona”, ha logrado recuperar a María Dolores de Cospedal después de su salida de la primera línea política y ha reconocido en la entrevista que los constantes ataques que sufrió buscaron su muerte civil. “Cuando decidí que quería ser parte de un proyecto nunca pensé que la política se acabaría transformando en algunas ocasiones en una especie de máquina de destrozar seres humanos, en una trituradora. El tiempo pone a cada uno en su sitio pero no devuelve el daño causado, ni los ultrajes ni las acusaciones falsas”, ha razonado la ex ministra, después que esta semana se haya conocido la Sentencia sobre los borrados de los discos duros de Bárcenas. Y el Protocolo ha vuelto a ser protagonista en estos últimos siete días. Su Majestad la Reina, Doña Letizia, asistía en Sevilla a la inauguración de una exposición que conmemoraba el quinto centenario de la primera vuelta al mundo de Magallanes y Elcano. Mientras los monarcas saludaban a los ciudadanos, en uno de los momentos mas delicados en cuanto a seguridad que pueden darse con cualquier personaje público, el descuido y los tacones altos, hicieron tropezar a Doña Letizia, aunque sin consecuencias. La Reina entonces agarró del brazo al escolta que iba delante suya mientras le decía: “no me has avisado del escalón y casi me mato”. En ese momento otro escolta le advertía que estaba a punto de pisar una alcantarilla. Y ya saben que allá donde vamos nos adaptamos a los usos y maneras de los anfitriones, es una regla general que han querido saltarse una delegación iraní que visitaba el Congreso de los Diputados. Los de aquella República anunciaron que se negaban a dar la mano a nuestras diputadas y que éstas no podían mirarles de cerca. La “solución” que se dio desde la Cámara Baja fue que comenzaría el acto sin la línea de saludo previo. El grupo parlamentario de Vox cancelaba su participación a modo de protesta por el trato dado a las mujeres. Aplicar nuestro Protocolo donde prevalece el cargo y no el sexo, es la mejor tarjeta de presentación de esta monarquía del Siglo XXI.

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