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Carta del Editor

Más dignidad y menos populismo

El padre prior Cantera y la exhumación del cadáver de Franco. “Su firmeza de oponerse al poder mal establecido nos dignifica a todos”, escribió Sánchez Dragó en El Mundo. El espectáculo de convertir en un circo político financiado con dinero público la toma de medidas contra el cadáver de alguien fallecido hace 43 años, sea Franco o sea quien sea o haya sido ese alguien, denigra al país entero que permite que eso se lleve a cabo. La intención de convertir esa aberración en un logro de imprescindible y urgente justicia es una gigantesca tomadura de pelo a todo un pueblo, el pueblo español, en el que reside -debería residir- la soberanía, que no reside en el presidente del gobierno de turno, aunque así lo crea Pedro Sánchez. El padre prior Cantera y la exhumación del cadáver de Franco. “Su firmeza de oponerse al poder mal establecido nos dignifica a todos”, escribió Sánchez Dragó en El Mundo. El espectáculo de convertir en un circo político financiado con dinero público la toma de medidas contra el cadáver de alguien fallecido hace 43 años, sea Franco o sea quien sea o haya sido ese alguien, denigra al país entero que permite que eso se lleve a cabo. La intención de convertir esa aberración en un logro de imprescindible y urgente justicia es una gigantesca tomadura de pelo a todo un pueblo, el pueblo español, en el que reside -debería residir- la soberanía, que no reside en el presidente del gobierno de turno, aunque así lo crea Pedro Sánchez.

Entre 1576-1577 coincidieron en prisión tres glorias de la literatura española: fray Luis de León (Valladolid, de marzo de 1572 a 1576), san Juan de la Cruz (Toledo, de 3 de diciembre de 1577 a agosto de 1578) y Cervantes (Argel, de septiembre de 1575 a septiembre de 1580). “En nombre de la dignidad, el ciudadano se opone al maquiavelismo de la razón de Estado” y añade el gran fray Luis de León: “Aunque todos lo hagan, yo no”. Eso es dignidad, el título del libro de Javier Gomá Lanzón, del que extraigo ese párrafo. Esa es la dignidad que nos falta, la que nos podría llevar, como proponía Aristóteles en su Ética a Nicómaco, a una “república de la amistad”. Que es exactamente lo contrario de lo que está haciendo, indignamente, el partido local de Mustafa Aberchán, o Mustafa Hamed Moh, con todo ese facilón, locoide y equivocado recurso pre electoral de atacar al pobre y maltratado, por la administración pública, golf melillense, a diferencia de lo que ocurre, por ejemplo, en Andalucía, la tierra de España que tenemos más cerca de Melilla, que se ha convertido, en su etapa socialista, en la Tierra, o la Costa, del Golf, del que obtiene unos ingresos superiores a los 1.600 millones de euros anuales. El partido de Aberchán/Hamed ha recurrido, además y para mayor locura, a una oscura “especie de referéndum” para intentar justificar lo injustificable, un referéndum del que habla, entre balbuceos, Dunia Almansouri. El golf melillense lo que necesita, para ser lo que puede ser y es en el resto de España y el mundo, es que de él apartara sus sucias manos la ineficaz administración pública (el “vuelva usted mañana” de Larra), un golf que siguiera los pasos, las propuestas escritas y auditadas que la Federación por mí presidida hizo hace más de dos años y que supondrían un ahorro para las arcas públicas de más de 800.000 euros anuales, además de proporcionar ingresos directos e indirectos a la ciudad y satisfacer las necesidades lúdicas y deportivas actualmente no satisfechas de muchos melillenses.

Y de fondo, en el ámbito nacional, la sentencia sobre los separatistas rebeldes catalanes. La sentencia, pactaron los jueces del Supremo, debería ser, no se adivina por qué, por unanimidad. La unanimidad por encima de todo, justicia incluida. Muy progre, pero nada digno, ni eficaz. Una forma de huir, amparada en la multitud del todos. Una forma de imposición del Gobierno presuntamente progre sobre la Justicia político-dirigida, presuntamente independiente. Un desastre para Cataluña y para España, como la fuerza material de los hechos violentos producidos tras la sentencia está demostrando (ya hay muerto). Recibo un mensaje de un amigo catalán: “De todas las repugnantes mentiras vomitadas en estos días de locura, la peor es la que achaca la violencia a grupos de infiltrados del Estado”. Hay mucha competencia para decidir qué es lo más repugnante de lo que está pasando en Cataluña (y, en otro campo de actuación, en Melilla).

Ya que a este Gobierno local procedente del Averno le gustan tanto las encuestas, MELILLA HOY ha puesto en marcha dos encuestas de tipo general. La primera, para que los melillenses se puedan manifestar y los gobernantes puedan saber lo que los ciudadanos, que no súbditos, melillenses opinamos de ellos. La segunda, para adelantar lo que puede pasar en la repetición de las elecciones generales del ya muy próximo 11 de noviembre, que se podrían considerar como una especie de repetición de las elecciones locales de mayo a efectos de la actual consideración pública. Animo a los melillenses a participar en esas encuestas, a hacer valer sus opiniones.

En las elecciones locales de mayo el PP local se jugó todo a, prácticamente sin cambios, obtener la mayoría absoluta, sin lograrlo, como muchos habíamos vaticinado. El Gobierno Castro, CPM, PSOE que surgió de esas elecciones ha hecho bueno al PP sin cambios que se presentó a las mismas, como hubiera hecho bueno al mismo Belcebú -el señor de las tinieblas, el mismo demonio-, si se hubiera presentado en vez del PP. Es imposible cometer más disparates -lo del recurso electoral facilón, populista y miserable de arrasar el golf es la última muestra- y demostrar más incompetencia que la que este Gobierno ha mostrado en estos meses de desgobierno ignorante y malintencionado. Melilla necesita muchos cambios, lo que no ha ocurrido con los candidatos de los únicos dos partidos que tienen posibilidades de obtener escaños en las elecciones del 11 de noviembre, que son los mismos que antes, pero lo que urgentemente necesita nuestra ciudad es un Gobierno local diferente. No una vuelta al pasado, sino una simple y profunda regeneración democrática.

Se podría haber aprovechado la ocasión de la repetición de las elecciones generales para llegar a algún tipo de acuerdo PP-CpM en los candidatos para el Senado y el Congreso, pero eso ni siquiera se intentó por parte de ambos partidos e incluso, como en el caso del partido de Aberchán/Hamed Moh, se intentó todo lo contrario, pactar con el PSOE, que despreció su oferta personal. El futuro, y yo diría que también el presente, pasa por un pacto PP-CPM, que tienen 18 escaños en la Asamblea de Melilla, una mayoría amplia que abarca amplias y diversas capas de la estructura poblacional melillense, un pacto con futuro a largo plazo. Pero con los actuales líderes de ambos partidos tal pacto parece imposible, desgraciadamente. Para las elecciones locales de 2023 el panorama partidista local va a cambiar profundamente, pero tres años más de hemorragia es demasiada sangría.

No hay más solución que una moción de censura, como sea, o que el resultado de las elecciones generales nos favorezca con un pacto PSOE-PP que afecte a Melilla, porque aguantar tres años más a este Gobierno locoide, gafe y vengativo del Averno los melillenses no lo podremos resistir y Melilla desaparecerá como ciudad española, europea y democrática. Melilla necesita más dignidad y menos populismo falaz.

Corolario
Muy buena idea la de Juan José Imbroda: “Que Aberchán (Hamed Moh) haga un referéndum para preguntar si los melillenses están de acuerdo con que De Castro cobre 7.000 euros al mes”. Adelante, ‘referendador’ Hamed (Aberchán).

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Enrique Bohórquez López-Dóriga

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