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El recuento del voto emigrante no trae cambios

El voto CERA ha aumentado, además, bastante en estas elecciones, cerca de un 30 %, aunque sigue estando lejos, muy lejos, de una participación notable. No hay que olvidar que son más de 5.000 los melillenses incluidos en este Censo de Electores Residentes Ausentes, pero menos de un 5 % se implicó en los comicios del 10 de noviembre La decisión de las urnas colocadas en Melilla el pasado domingo no ha cambiado tras el recuento del voto emigrante, que ayer fue sometido a escrutinio. Los tres candidatos del PP, Fernando Gutiérrez Diaz de Otazu, Juan José Imbroda y Sofía Acedo serán, por lo tanto, los representantes de Melilla en las Cortes Generales cuando éstas se constituyan el próximo 3 de diciembre, previa recogida de sus credenciales como parlamentarios en la Junta Electoral, el mismo lugar donde ayer se llevó a cabo el escrutinio del voto CERA, es decir, del Censo de Electores Residentes Ausentes.
La expectación era máxima, ya que las escasas diferencias del pasado domingo electoral dejaban abierta la puerta a la posibilidad de que el voto emigrante pusiera cambiar las tornas. Sin embargo, eso no sucedió finalmente, ni tampoco en la posterior revisión de las actas de las 87 mesas electorales, pese a los intentos de Coalición por Melilla (CPM) por reducir las escasas distancias a las que se quedaron sus diputados de hacerse con los ansiados escaños.
Esta vez el CERA no fue tan desastroso como veces anteriores, en las que incluso gran parte del voto emigrante no pudo, siquiera, entrar en las urnas por no llegar a tiempo el cartero para su entrega en la Junta Electoral. Ayer sí estaban en las Torres V Centenario gran parte de los 249 votos de los melillenses que viven en el extranjero y quisieron participar en esta repetición electoral. El voto CERA ha aumentado, además, bastante en estas elecciones, cerca de un 30 %, aunque sigue estando lejos, muy lejos, de una participación notable. No hay que olvidar que son más de 5.000 los melillenses incluidos en este Censo de Electores Residentes Ausentes, pero menos de un 5 % se implicó en los comicios del 10 de noviembre.
Porcentajes demasiado pobres que hacen necesario insistir en lo que decimos en cada proceso electoral respecto a lo difícil que resulta implicar a los españoles que están fuera de nuestras fronteras para que se impliquen también en la elección de los representantes en el Parlamento.
El sistema del voto rogado, lleno de obstáculos, parece ideado más para impedir que los electores se movilicen que lo contrario. En cada proceso electoral surge la petición de algún partido de cambiar dicho procedimiento para facilitarlo, algo perfectamente posible en un mundo globalizado como el que tenemos hoy, en el que las nuevas tecnologías permiten que cualquier mensaje llegue en cuestión de segundos de una parte a otra del mundo. En cambio, muchos de los electores del CERA tienen que recorrer muchos kilómetros para acudir a un consulado o embajada para pedir ejercer su derecho al voto.
Lo lamentable es que, cuando pasan las elecciones, esas buenas intenciones de mejorar el sistema se desvanecen y no vuelven a surgir hasta que de nuevo llegan otras elecciones. A veces transcurren meses, otras veces años, y así es como el voto rogado permanece invariable sin avances y sin facilidades con el paso del tiempo. Toda una invitación a que nuestros emigrantes se involucren poco en las cuestiones importantes de su país.

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