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Profesionales de INGESA Melilla actualizan conocimientos sobre el uso de espirómetros

Leopoldo Palacios Gómez, doctor en Enfermería

Ayer, en la sala de uso múltiples del centro de salud de la Zona Oeste (Alfonso XIII), más de una treintena de profesionales del INGESA participaron en un curso-taller de actualización sobre el uso de espirómetros, que son los instrumentos de medida que se usan para determinar los volúmenes y capacidades del pulmón. Esta medición es fundamental para el diagnóstico de la Enfermedad Pulmonar Crónica (EPOC), una patología prevalente en España, que afecta al 10,2% de la población entre 40 y 80 años. Este curso surge de la necesidad expresada por el personal facultativo y de Enfermería de actualizar conocimientos en el manejo de espirómetros en cuanto a técnica, normas de calibración, cuidado y mantenimiento de los aparatos.

Por este motivo la Unidad Docente de Medicina Familiar y Comunitaria y las direcciones Médica y de Enfermería de Atención Primaria. junto con la colaboración de la empresa Boehringer Ingelheim, ha organizado este curso.

Formación
El profesor de esta actividad formativa, Leopoldo Palacios Gómez, doctor en Enfermería y miembro del comité técnico encargado de la elaboración de la Estrategia Nacional de EPOC, señala que el curso tiene dos objetivos principales: la mejora de la técnica y los conocimientos del personal de Enfermería que realiza la espirometría, así como de los facultativos que la interpretan y, por otro lado, el diagnóstico de la EPOC y su tratamiento.

Sobre esto último, apunta Palacios, que si se realizan bien las espirometrías “se puede diagnosticar una enfermedad importante, que es la EPOC, que ahora mismo tiene un problema de infradiagnóstico, y que mejora la calidad de vida de esos pacientes”.

Extender la prueba
Aboga el especialista por el uso extendido de esta prueba en Atención Primaria porque es “una técnica imprescindible para diagnosticar patologías respiratorias”. Sin embargo, reconoce que la espirometría es una prueba fácil de hacer pero que, en la práctica diaria, cuesta realizar porque requiere de cierto tiempo, preparación y formación.

En este sentido explica que “el paciente que llega con dificultad respiratoria para diagnosticar la EPOC tiene que hacer una prueba que puede tardar -a lo mejor- treinta minutos, ya que hay que hacerla con ciertas condiciones de calidad y requiere de una participación activa del paciente”.

Especifica que en esta prueba se le pide al paciente “un esfuerzo respiratorio, con un mínimo de tres maniobras y máximo de ocho” y, después, “hay que administrarle un fármaco para comprobar si dilata o no, y volver a repetir las pruebas… Es decir, requiere de un cierto tiempo”. La duración y complejidad de la prueba varía según el tipo y edad de los pacientes.

Después, por otro lado, tras la realización de la prueba, está la interpretación de los datos donde es fundamental la formación del facultativo, ya que existen diferentes condicionantes que deben ser contemplados en el diagnóstico. En la actualidad los cuatro centros de salud del Área Sanitaria de Melilla disponen de número suficiente de estos instrumentos de medida.

Participan quince facultativos
El curso consta de una parte teórico-práctica sobre la espirometría de dos horas de duración en la que se analizan determinados casos y resolución de dudas. La segunda parte está destinada a la terapia inhalada, que es el tratamiento con un dispositivo de inhalación en enfermedades respiratorias. En el curso participan quince facultativos médicos de Atención Primaria (seis de ellos médicos interno residentes) y dieciocho profesionales de Enfermería.

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Redacción

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