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Salvadora Simón donará un centenar de mascarillas al personal de la Policía Local y del Hospital Comarcal

El único objetivo de Salvadora Simón es ser solidaria y ayudar en la medida de lo posible en estos difíciles momentos

Salvadora Simón Rueda está teniendo un gran gesto solidario con la sociedad melillense en estos difíciles momentos por la crisis del coronavirus, pues desde hace tres días está cosiendo mascarillas de tela para donarlas a las personas más necesitadas. Su intención es entregarlas a la Policía Local y al Hospital Comarcal. Esta melillense, de 54 años de edad, dedica ahora todos sus esfuerzos a cuidarse con sus familiares en casa, ya que por la situación del COVID-19 se ha visto obligado a cerrar la peluquería ecológica Galatea Saludable, de la que es propietaria. Salvadora Simón Rueda está teniendo un gran gesto solidario con la sociedad melillense en estos difíciles momentos por la crisis del coronavirus, pues desde hace tres días está cosiendo mascarillas de tela para donarlas a las personas más necesitadas. Su intención es entregarlas a la Policía Local y al Hospital Comarcal. Esta melillense, de 54 años de edad, dedica ahora todos sus esfuerzos a cuidarse con sus familiares en casa, ya que por la situación del COVID-19 se ha visto obligado a cerrar la peluquería ecológica Galatea Saludable, de la que es propietaria.
Las mascarillas escasean desde que el Covid-19 apareció de forma paulatina en España en febrero, cuando muchos se lanzaron a las farmacias a comprarlas, aunque ahora es en los hospitales donde más las necesitan, por eso muchas personas se han puesto manos a la obra en sus casas a coser mascarillas de tela para repartirlas o para utilizarlas al ir a hacer la compra, tirar la basura o sacar el perro.
Precisamente, Salvadora Simón quiere contribuir en la medida de lo posible con la sociedad melillense y nos explica cómo surgió su idea de hacer mascarillas. “Empecé con la idea de coser varias mascarillas, pues no habían en las farmacias ni en ningún sitio, para protegernos la familia al bajar a tirar la basura o al ir al supermercado a comprar. Hice tres o cuatro mascarillas para nosotros, pero después comencé a hacer varios modelos, aunque quiero dejar claro que no soy costurera, pero tengo mi máquina de coser y suelo hacer lo típico y común, cortinas, bajos de los pantalones y cojines”.
Sin embargo, indicó que viendo varios tutoriales de youtube se fue informando e hizo más mascarillas de otros modelos. “Al final opté por el método más rápido, de doble tela de algodón blanca, aprovechando que tengo varias sábanas y las he hecho cuadradas. Mi única intención es de entretenimiento y de solidaridad con la Ciudad Autónoma para donarlas a la Policía Local y al Hospital Comarcal”.
La melillense lleva ya tres días haciendo mascarillas y una vez haya cosido un centenar las donará. “He hecho hasta el momento unas cincuenta, pues entre otras cosas hago de comer, repostería y además tengo un negocio de Pulquería, pero lo he tenido que cerrar hasta que pase toda esta situación. Una mascarilla se hace entre quince, veinte o treinta minutos, pues una vez que están hechas hay que plancharlas. Todavía no las he entregado, pues quiero hacer bastantes para donarlas, pero lo haré en el plazo de entre dos y tres días más”.
Esta solidaria melillense dijo que le gustaría hacer más mascarillas, pero no cuenta con más tela. “Me gustaría seguir haciendo más, pero el problema es que las tiendas están cerradas y se necesita mucha tela, aunque he roto hasta sábanas mías de algodón. La intención es hacerlas hasta donde me llegue la tela, las máximas posibles. Luego llamaré a la Policía Local y que se utilicen como mejor puedan, bien para los policías o el personal sanitario del Hospital Comarcal”.
“El caso es protegernos todos y de este modo quiero contribuir, con mi granito de arena, aunque sea pequeño”, resaltó Salvadora Simón, que es propietaria de la peluquería Ecológica Galatea Saludable, situada detrás de la nueva Farmacia Puga, en la Calle Murillo. Sobre su negocio dijo también que funciona con activo volcánico de arcilla. “No trabajamos nada de química, ya que no dañamos al medio ambiente, ni ensayos con animales, ni silicona, ni nada derivado del petróleo”.
También reconoció que las cosas le van bien en su empresa, pero para ella lo más importante es que la gente “está concienciada cada vez más”, y además desde el Hospital “me mandan también los temas de cáncer, para cuando se termina la quimio ir regenerando el pelo a base de barro”.
“En vez de peluquera, parece que soy doctora, pues lo que me gusta es curar y sanar problemas capilares. Es lo que más me ha gustado siempre” indicó.
Por último, mostró su deseo de que toda esta situación acabe lo antes posible para que todo el mundo vuelva a sus vidas de siempre. “Estoy muy sensible con todo lo que está ocurriendo y ayer mismo escuché las noticias y me puse a llorar. Me gustaría que en Melilla no se produjeran más casos, pues aquí solo hay 12 kilómetros cuadrado y estamos encerrados, sin barco, sin avión y sin nada, pero veo que la gente está muy concienciada en la Ciudad. Vivo en la Urbanización Logüeno y los aplausos de los vecinos no faltan nunca a las ocho de la tarde de cada día, pero estoy loca porque esto pase ya de una vez y que todo quede en un mal sueño”, concluyó.

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Antonio Calderay

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