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Hecho Histórico: El Credo Legionario

El Credo Legionario consta de doce espíritus que los caballeros legionarios asumen al entrar en La Legión

Con motivo de conmemorarse este año el centenario de la creación de La Legión, por parte de este Centro de Historia se pretende realizar una serie de artículos relacionados con tal significativo acontecimiento, en esta ocasión, este tercer artículo versa sobre “EL CREDO LEGIONARIO”.

Por Centro de Historia y Cultura Militar de Melilla

Desde sus comienzos, Millán-Astray quiso imprimir un sello especial a La Legión y a sus legionarios, dotando a la recién creada unidad y a sus legionarios de unas señas de identidad propia.
Basándose en los gloriosos Tercios Españoles eligió las armas de los mismos; la pica, el arcabuz y la ballesta como elementos con los que formar el emblema de La Legión. Asimismo, los dotó de elementos identitarios, como el uniforme, la marcialidad, el paso de desfile, la energía en el saludo, la acometividad en el combate y el código de conducta y compromiso por el que se debían regir los legionarios. Este código fue realizado por el propio Teniente Coronel Millán-Astray plasmado como el Credo Legionario, verdadera base espiritual, ética y moral de La Legión que inculca un sello especial a todos los que han vestido y visten la camisa legionaria.
Millán Astray expresó como le surgió el contenido del Credo Legionario en esta forma: “Escrito en momento de exaltación del entusiasmo y de la fe, no tiene el más leve pulimento literario. Surgió espontáneo, como si dictásemos unas instrucciones cualesquiera; sentíamos La Legión, pensamos en el espíritu militar y en el de sacrificio. Queríamos que rindiesen culto al Honor militar y al Valor militar y que, sugestionados con estos sentimientos, vencieran el instinto y no temiesen la muerte”.
Según los antecedentes, Millán Astray se basó en el Bushido japonés que tradujo de una edición francesa que le habían regalado y, sin lugar a dudas, en sus vivencias de los momentos más duros que se producen en el combate cuando ves caer a tus compañeros y amigos, necesitándose una gran moral y espíritu de sacrificio para seguir adelante y conseguir derrotar al enemigo. Era consciente de la necesidad de contar con un resorte de cohesión, identidad, espíritu de sacrificio, acometividad, etc., debido a la diversidad de características y procedencia de los que se incorporaban a La Legión; cultura, nivel social, países de procedencia, etc., y lo que ella esperaba de sus legionarios, dado que se había creado como unidad de choque e iban a ser la punta de vanguardia de las acciones de combate en las que interviniese, de ahí de crear un factor de cohesión, de moral, de ética y de entrega total sin temer a la muerte.
El Credo Legionario consta de doce espíritus que los caballeros legionarios asumen al entrar en La Legión, como guía de conducta moral y ética, en la que se realzan una serie de virtudes militares haciendo hincapié en la gran exigencia que La Legión pide a sus legionarios; espíritu de sacrificio, valor, disciplina, compañerismo, honor, etc. Estos son pilares fundamentales de los valores castrenses que hoy en día recogen las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas.
Así, el artículo 1, establece: “Las Reales Ordenanzas para las Fuerzas Armadas, que constituyen el código de conducta de los militares, definen los principios éticos y las reglas de comportamiento de acuerdo con la Constitución y el resto del ordenamiento jurídico. Deben servir de guía a todos los militares para fomentar y exigir el exacto cumplimiento del deber, inspirado en el amor a España, y en el HONOR, DISCIPLINA Y VALOR”.
Los artículos del Credo Legionario son los siguientes.
El Espíritu del Legionario: Es único y sin igual, de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.
El Espíritu de compañerismo: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás a un hombre en el campo hasta perecer todos.
El Espíritu de Amistad: De juramento entre cada dos hombres.
El Espíritu de Unión y Socorro: A la voz de “A mí la Legión”, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella defenderán al legionario que pide auxilio.
El Espíritu de Marcha: Jamás un Legionario dirá que está cansado, hasta caer reventado, será el Cuerpo más veloz y resistente.
El Espíritu de Sufrimiento y Dureza: No se quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed ni de sueño; hará todos los trabajos: cavará, arrastrará cañones, carros, estará destacado, hará convoyes trabajará en lo que le manden.
El Espíritu de Acudir al Fuego: La Legión, desde el hombre solo hasta la Legión entera acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.
El Espíritu de Disciplina: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.
El Espíritu de Combate: La Legión pedirá siempre, siempre, combatir, sin turno, sin contar los días, ni los meses ni los años.
El Espíritu de la Muerte: El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una vez. La muerte llega sin dolor y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.
La Bandera de La Legión: La Bandera de La Legión será la más gloriosa porque la teñirá la sangre de sus legionarios.
Todos los Hombres Legionarios son Bravos: Todos los hombres legionarios son bravos; cada nación tiene fama de bravura; aquí es preciso demostrar que pueblo es el más valiente.

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