Llorando pasa Jesús
por un humilde sendero,
se ha encontrado con sus hijos
sin auxilio, sin consuelo.
Seca sus lágrimas, sigue el camino.
De pronto ve un hospital,
y con amor entra presto.
¿Qué ven sus ojos, hermanos?
Los pasillos todos llenos;
unos y otros esperan,
una palabra de ánimo,
una cama, un respiradero.
¡Qué dolor, esperar que otro muera¡
De pronto, revuelo de ángeles
por todo el espacio se encuentra.
Jesús descubre el secreto,
son médicos, sanitarios, celadores, servicio
de limpieza, bomberos, fuerzas y cuerpos de seguridad
del Estado, y muchos más se integran.
Todos a una trabajan
por la curación del hermano, y
por la salud del enfermo.
Ya Jesús deja su llanto,
ya goza su ser entero
porque ve como sus hijos
son hermanos, son fraternos.
Fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado,
militares, camioneros y bomberos,
todos los que estáis trabajando
día y noche sin descanso, sin sosiego,
que no os quepa la menor duda
que unos y otros, todos,
sois el mejor regalo
para los sanos y los enfermos.
España se siente orgullosa
de vosotros, como el que más,
pues mostráis a cada paso,
prioridad por el enfermo,
y que Dios haga lo demás.
¡Atención, atención!
Son las 20.00h,
todo el mundo a las ventanas
que está pasando Jesús
con quienes nos cuidad y aman.
Desde nuestro Centro Religioso
Regalamos con ilusión:
Oración para los enfermos,
y a todo aquel que trabaja
por recobrar la ilusión
aplausos y agradecimiento
que brotan desde el corazón.
Y a ti Cristo del camino
lo mejor que te mereces:
nuestra vida, alma y corazón.
