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Medallas

Tiene guasa que los nuestros responsables públicos, especialmente los que tienen más poder al frente de la Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno, saquen pecho haciéndose fotos trayendo un material que debería haber estado no ya hace un mes, al inicio de la pandemia, sino mucho antes, en vez de permitir que la sanidad melillense fuera, muy probablemente, la más precaria de España En unos tiempos tan dramáticos como los que corren por el coronavirus, cuesta creer que a nuestros políticos les queden ganas de ponerse medallas. Pero sí, nos demuestran que el afán por mostrar dudosos méritos les puede más que el rubor político que deberían sentir, sobre todo aquellos que están escondidos y no comparecen en rueda de prensa para no rendir cuentas a la opinión pública.
Un ejemplo reciente lo hemos tenido con el reparto de las primeras 18.000 mascarillas que reciben los ciudadanos melillenses desde que hace más de un mes hiciera acto de presencia esta pandemia que nos ha dado la vuelta a la vida. Todo apunta a que el “error de información”, como lo llamó el consejero de Salud Pública, Mohamed Mohand, estuvo motivado por el enfado de la Delegación del Gobierno por el hecho de que la Ciudad Autónoma se apuntara el tanto vía Twitter. Un cuadro con la planificación de los horarios, coronado con los logotipos bien grandes de la Ciudad Autónoma y Protección Civil, provocó que la Delegación del Gobierno montara en cólera y enviara una aclaración que dejaba al descubierto no solo la descoordinación que tiene con la Ciudad Autónoma, imperdonable cuando ambas administraciones tienen la responsabilidad de gestionar un problema de enormes dimensiones como el COVID19. También evidenció que se llevan mal, aun cuando en ambas está representado el PSOE, a pesar de que Mohand se esforzara por convencer de que no hay “una lucha” entre Ciudad y Delegación.
Claro que la hay. Porque si no fuera así, ¿cómo se explican episodios como el del reparto de las 18.000 mascarillas? ¿O el hecho de que los responsables de ambas administraciones no hayan comparecido aún juntas ni una sola vez en estas casi cinco semanas de confinamiento que llevamos, como ha venido pidiendo de forma acertada Coalición por Melilla como una muestra de transmitir confianza a la ciudadanía?
Sabrina Moh y Eduardo de Castro no comparecen juntos, ni tampoco por separado, porque a la primera llevamos camino de tres semanas sin verle el pelo, salvo en las fotos que envía la Delegación del Gobierno recepcionando el material sanitario, o recorriendo la plaza de toros para el traslado del campamento del V Pino. De Castro, que solo comparece una vez a la semana, no se queda atrás y parece competir con Moh en colgarse medallas, porque esta semana también se ha hecho unas cuantas fotos entregando los test rápidos comprados con el dinero de los contribuyentes melillenses, y también le faltó tiempo para anunciar una Medalla de Oro para el personal sanitario de Melilla, antes de que el tanto se lo marcara el diputado no adscrito, que lo pidió públicamente.
Algunos profesionales sanitarios, desde la sensatez, respondían al presidente pidiendo medios en vez de premios. Porque tiene guasa que los nuestros responsables públicos, especialmente los que tienen más poder al frente de la Ciudad Autónoma y la Delegación del Gobierno, saquen pecho haciéndose fotos trayendo un material que debería haber estado no ya hace un mes, al inicio de la pandemia, sino mucho antes, en vez de permitir que la sanidad melillense fuera, muy probablemente, la más precaria de España.

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