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Ventana pública

Lo que necesita el Gobierno de Melilla: Hacer valer sus demandas ante el Estado

Dios mío, ojalá que alguien de este gobierno se percate de lo que nosotros venimos denunciando demasiados días, lo que ocurre en Melilla con la pandemia. Pero teniendo un gobierno de gallos en un mismo corral es un mal asunto. No se dan cuenta que desde que empezó la crisis, lo único que han hecho es aprobar un presupuesto, tardío, que no saben ni entienden, cómo y dónde conseguir más fondos para que nuestra economía continúe funcionando.
El presidente De Castro está actuando con una incompetencia supina, que raya en la negligencia porque han tardado todo este tiempo de pandemia en reconocer que no estan preparados para afrontar debidamente la crisis social y económica, con una imprevisión a raudales que es lo que caracteriza la actuación de un presidente que, sin consenso ni apoyo ha mostrado el verdadero rostro de su incapacidad.

Tenemos un presupuesto aprobado que no va a impedir, ni va a permitir tener los medios para luchar contra la crisis. Todo el mundo puede entender que el presupuesto aprobado ahora mismo es papel mojado. No tendría sentido que ahora estemos dando una subvención para actividades lúdicas, cuando todas nuestras fuerzas deben ir encaminadas a la lucha contra la pobreza, en la emergencia social, en que todos salgamos de esta crisis juntos. No han elaborado un programa de emergencia para proporcionar respuestas inmediatas a la emergencia social, sanitaria y económica.

No se han percatado, que han creado una maraña de incógnitas presupuestarias entorpecedoras que complica la creación de un plan común. Claro, quienes para justificar los cuatro mil y pico (siete mil, otros) euros que ganan al mes con vacaciones pagadas y entre pitos y flautas se ponen a gobernar al tuntún,
Así Melilla la van a destrozar quienes nos gobiernan. Por eso, resulta sorprendente comprobar la frecuencia con que se toman decisiones equivocadas y los centenares de funcionarios infravalorados, no tengan una idea clara, porque no tienen quienes les dirijan. Un último ruego al presidente y ya no escribo más sobre el tema. Lo prometo.

Uno de los cometidos de cualquier gobierno con dos dedos de frente sabe que ha de adoptar con decisión medidas preventivas al tener conocimiento de la pandemia.

Pero me aterra que el presidente siga sin tomar las decisiones adecuadas. Entiendan que hace muchos días anticipamos el escenario en el que nos encontramos y que todos conocíamos por los medios de comunicación.

Preguntas ¿a qué esta esperando para liberar el uso del superávit de los melillenses?, así como el endeudamiento necesario de la Ciudad Autónoma porque es la que tiene a su cargo las competencias y la que tiene que tirar del carro de la economía; podríamos haber hecho las modificaciones al presupuesto, y planificar la gestión de los recursos con tiempo suficiente
Melilla, no puede permitirse en mantener un gobierno a trozos, necesita un gobierno unido, cohesionado, y estable, volcado y preocupado en los muchos problemas que nos está creando la pandemia. Hoy, más que nunca debemos creer con firmeza y convencimiento que sí que hay una alternativa.
¿Cuánta culpa es del gobierno de Melilla y cuánta del gobierno Central?
Si de todo lo que son nuestras competencias le echamos la culpa al gobierno de Sánchez, no sé para que queremos ser Ciudad Autónoma. Lo único que pedimos es que escuchen: no tomar medidas rápidas va a crear una situación terrible.

Primero-Convocar al Pleno de la Asamblea para lograr un acuerdo razonable. Ahí es el lugar para la activación de un Plan de Urgencias.

Segundo- Una carta con planteamientos y demandas realizadas por la Asamblea de Melilla dirigida al presidente Sánchez, en la que expongamos con claridad la situación de grave quebranto económico y social, no siendo la primera vez ya que sufrimos una crisis en el sector comercio por cierre frontera, ampliada ahora con la pandemia. Y desde luego, el endeudamiento necesario de la Ciudad Autónoma porque es la que tiene a su cargo las competencias y la que tiene que tirar del carro de su economía. Así como reclamar un plan especial para Melilla, un plan económico que nos permita salir de la crisis con el resto de las comunidades y que recoja las especificidades de nuestra Ciudad. De esta manera entre todos los partidos enviaríamos un mensaje de tranquilidad y de compromiso a los melillenses de que actuaríamos contra la crisis en el ámbito social, económico y político.

Por supuesto que hay otras medidas, para lograr la reducción de la crisis, pero una muy preocupante es el nivel de formación de los melillenses, es de vital importancia fomentar cursos, talleres, a personas (sobre todo a los jóvenes que sufren el paro y ahora con menos posibilidades de trabajo) desempleadas en materia de turismo, comercio, construcción y otras actividades tanto desde la Ciudad Autónoma como desde el Servicio Público de Empleo, por el cambio que va a experimentar la ciudad que va para largo y atender el vacío de profesionales que va a dejar el personal transfronterizo mientras siga la frontera cerrada y que todos sabemos que el coronavirus volverá en otoño con más fuerza y con otra crisis sanitaria.

Es la hora de la verdad de los políticos que nos gobiernan, pongan todo su empeño en lograr un plan de choque para sacar a Melilla de sus problemas más acuciantes y estén a la altura de los políticos del resto de comunidades autónomas.

Llamo a una reflexión en la política local, es bueno que el gobierno de Melilla se siente a hablar con quienes quieren ayudar a los melillenses, el PP de Melilla mostró su disposición para rehacer los presupuestos a través de las modificaciones y no hace falta decir que por extensión el PP nacional seguirá velando por la defensa de los intereses de Melilla. Solo pedimos que desde el gobierno que preside De Castro se nos den razones objetivas que justifiquen que eso no es lo mejor para la Ciudad.

PD. Lo veníamos diciendo, este domingo se ha celebrado la conferencia de presidentes, en la cual el presidente De Castro expuso la necesidad de que el Gobierno Central se hiciera cargo de unos gastos ajenos a la Ciudad Autónoma y de aplicar en Melilla la subvención al transporte de mercancías, (muy grave al no pedir al presidente Sánchez que Melilla participe en el pacto de reconstrucción económica nacional) y sólo consiguió por respuesta el silencio, nada tranquilizador, algo que no ocurre con el resto de presidentes. La respuesta del presidente Sánchez refleja el desastre interno de un Gobierno de coalición dividido, otra oportunidad perdida para Melilla.

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